El chaleco oficial de un guardia civil “no era de su talla” y “le quedaba pequeño”
El chaleco del otro agente era de su propiedad y si que paró los disparos. Que cada guardia civil tenga el suyo y de una talla adecuada es una reivindicación histórica de las asociaciones profesionales para que este elemento de protección sea efectivo
Alcañiz
Un informe del Servicio de Criminalística realizado por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses al que ha tenido acceso La COMARCA determina que el chaleco antibalas oficial de la Guardia Civil que portaba Víctor Caballero “no era de su talla y “le quedaba pequeño”. El agente asesinado por Norbert Feher portaba un chaleco de talla L cuando por su fisionomía necesitaría como mínimo una XL. Por su parte, el informe también concluye que el chaleco del otro agente asesinado por Feher, Víctor Romero, que era de su propiedad y homologado, sí que cumplió su función porque “impidió que los proyectiles que recibió en la zona costal penetraran en su cuerpo”. Solo le causaron lesiones en esta zona.
Según consta en el informe, que acaba de ser remitido a las acusaciones, el servicio de Criminalística se puso en contacto con el médico forense a la hora de realizar la valoración “dado que Caballero presentaba numerosos orificios y que había alguna discordancia en la numeración de las muestras”. Fue el forense el que informó a Criminalística de que el chaleco no era de la talla de Caballero y le quedaba pequeño. De hecho, una de las balas con trayectoria de entrada y salida tiene el orificio de entrada en la parte izquierda del tórax, una zona que “tendría que quedar cubierta por el chaleco”, según fuentes expertas consultadas por este medio. Su chaleco recibió cinco impactos de bala según el informe: tres en la parte inferior de la parte delantera externa y dos en la parte trasera externa.
Una reivindicación de los guardias civiles
Cabe destacar que la necesidad de que cada guardia cuente con un medio de protección individual de su talla es una de las principales reclamaciones de los agentes de la Guardia Civil. “No llevar un chaleco de tu talla ocasiona que no se te pegue al cuerpo o te venga pequeño. Esto le hace perder efectividad como medio de protección”, explica Cristóbal Soria, portavoz de la Asociación Unificada de Guardia Civil en Aragón.
De hecho, los cuarteles del Bajo Aragón histórico tuvieron que reorganizar en el último trimestre de 2017 sus chalecos antibalas debido a que el Gobierno Central no fue previsor y no dio la orden de comprar otros nuevos antes de que se retiraran del uso los que caducaron por esas fechas. Ahora en algunas localidades tan solo cuentan con dos, para la pareja que patrulla, a la espera de que lleguen los nuevos.
La Policía Local de Andorra prestó tres chalecos a la Guardia Civil
Durante la noche del triple crimen de Andorra, sobre las diez de la noche, cuando se estaba desplegando el operativo para buscar a Norbert Feher, la Policía Local de Andorra recibió una petición para dejar sus chalecos a la Guardia Civil. Finalmente se prestaron tres, de los que en ese momento podía disponer el Ayuntamiento de la Villa Minera.
El citado informe, que también analiza las heridas de José Luis Iranzo, quien no llevaba protección, no determina la distancia a la que se realizaron los disparos. El Servicio de Criminalística no recibió por parte de los investigadores la ropa que cubría las heridas por lo que le es “imposible” estimar las distancias.