El carro delante de los bueyes

Palencia

En ocasiones pasamos con tanta frecuencia por los mismos lugares que apenas nos llaman la atención los elementos que nos rodean y ni siquiera cuestionamos lo que hacen ahí.

Algo parecido me ha pasado a mí con esos aparcamientos destinados al alquiler o préstamo de bicicletas que se instalaron hace una década en Palencia y que estaban cargados de buenas intenciones pero que han terminado siendo un fracaso.

Recuerdo que cuando los instalaron, casi coincidiendo con la construcción del carril bici que divide los dos sentidos del vial, el comentario general es que "iban a durar dos días" y desgraciadamente acertaron.

En aquella época el ayuntamiento publicó un flamante Reglamento del Servicio Municipal de Préstamo de Bicicletas que abogaba por la movilidad sostenible y un montón de beneficios más que traería su implantación y repartió por la ciudad aquellos aparcamientos expendedores de bicicletas que han estado años vacios y deteriorados sin llegar a cumplir la función para la que se crearon.

No sé ustedes pero nunca he llegado a conocer a nadie que lo llegara a utilizar desde que se implantó. Por otra parte de las 55 bicicletas que estuvieron disponibles en poco tiempo 39 habían sido robadas y las restantes estaban la mayoría en tan malas condiciones que nadie las quería tomar prestadas. Con este panorama era una muerte anunciada y el servicio desapareció sin que nadie lo echara de menos.

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Hace un par de meses desde el ayuntamiento se anunciaba que en la Plaza de San Pablo se iba a instalar un nuevo aparcamiento de bicicletas porque según ellos, habían detectado una demanda para dejar bicicletas privadas pero también para reactivar el antiguo alquiler de bicicletas publicas que de nuevo estaría financiado con Fondos Europeos. Además en ese anuncio se definía este aparcamiento como "de carácter inteligente" y una vez hecha la inversión, y casi al día siguiente de estar en funcionamiento, los gamberros demostraron que muy inteligente no era porque que lo dejaron destrozado y una vez más sin usuarios. Ahora se anuncia una nueva inversión blindando estos aparcamientos con un material inexpugnable y dotado con puertas mecánicas, sistema de videovigilancia y otras medidas que lo hagan seguro con el propósito de que si funciona se extienda a otros puntos de la ciudad.

Y dicho todo esto creo que en Palencia ya nos hemos gastado bastante dinero entre carriles, bicicletas, aparcamientos, sistemas de préstamo, empresas de mantenimiento... y el uso de la bicicleta no despega. Y eso que la ciudad tiene un tamaño ideal, un circulación propia de una ciudad pequeña, no hay cuestas, pocos días de lluvia y otras muchas características que la hacen óptima para que se desarrollará más este tipo de movilidad.

Pero a pesar de todos estos puntos a favor no acaba de arrancar y en algo se estará fallando. A veces se piensa que gastando dinero por adelantado se consigue cambiar a la gente, sus hábitos o su forma de actuar y no suele funcionar. En muchos casos es más eficaz y más barato invertir en educar, en convencer, en crear la necesidad en las personas para que luego sean ellas las que demanden unos servicios, aunque también es más lento y menos vistoso que primero poner los recursos y luego esperar a que sean usados.