Ni tontos, ni perezosos, ni acomodados

A Coruña
Mucho tenemos que aprender de nuestros mayores. Hace unos días veíamos a los pensionistas en pie de guerra, saliendo a la calle a quejarse de la tomadura de pelo que algunos han dado en llamar subida de las pensiones. Los yayos lo han dado todo, pero sobre nos han dado a todos una lección de democracia.
Llevo toda la vida escuchando que los mayores en Galicia votan siempre a los mismos, que van a votar coaccionados, que los llevan en autobuses y otras muchas cosas que seguro que todos han oído alguna vez. Pero nuestros abuelos no son ni tontos ni perezosos ni acomodados.
Hace unos días actué cerca de Pontevedra con mi espectáculo de comedia. Era un sitio complicado, con gente borracha y mucho ruido de fondo. Pero cerca del escenario había un grupo de cinco señoras mayores que estuvieron todo el show disfrutando de lo lindo. Al acabar, una de ellas se acercó a mí y me dijo: Muy bien, me reí mucho, pero te voy a decir una cosa, neniño. Está bien que te metas con la iglesia, que te metas con el colegio y que te metas con lo que quieras, pero me parece mal que no hayas dicho nada de las pensiones y de lo que nos están haciendo. Tú, que tienes un buen altavoz, debes utilizarlo para contarle a la gente que nos están tratando como imbéciles.
El comentario de aquella señora, la energía que había en su mirada (y en su brazo cuando me agarró para hablarme, por cierto) me dejaron totalmente tocado y por eso escribo hoy estas líneas. Aprovecho este tiempo de radio para recordarles a todos ustedes que M. Rajoy ha dicho que no hay dinero para subir las pensiones, pero caramba, sí que lo hubo para rescatar a los bancos.
El señor Rajoy está próximo a su edad de jubilación, pero evidentemente no será un pensionista más, con una pensión media de 800 euros. Tampoco lo serán sus ministros y allegados. Por eso se toman la licencia de decirle a los mayores que no se quejen, que ya tienen su casa pagada, que cobran más que sus nietos y que hay muchas formas de ahorrar.
Efectivamente, hay muchas formas de ahorrar. Por ejemplo, recibir sobres de dinero negro. Ahorro a más no poder. O gastar el dinero de la hucha de las pensiones en cositas. Por lo que sea, en 2011 el fondo de reserva de la seguridad social ascendía a 66 mil millones de euros y ahora solo quedan 8000 millones. Básicamente un 90% menos.
A los jóvenes nos dicen que nos hagamos un plan de pensiones, por si acaso. Algo que favorece, por supuesto, a los bancos. Es todo una cuestión de meter miedo en el cuerpo. Pero nuestros abuelos no se acobardan y salen a la calle. Quizás nosotros, que se nos llena la boca en Twitter, deberíamos aprender de ellos y dejar de asistir impasibles al robo de todo lo que nuestros mayores lucharon por conseguir.




