'Sobre ruedas por las aceras'
Luis Carlos Contreras, profesor titular de Didáctica de la Matemática de la Universidad de Huelva
Huelva
Sobre ruedas por las aceras
Uno de los múltiples detalles que nos hacen ver que los tiempos cambian es la irrupción, en las zonas peatonales de las ciudades, de vehículos de dos ruedas. Algunos de ellos ya lo vienen haciendo desde décadas en las principales capitales europeas, y ha sido una seña de identidad de las ciudades que apuestan por un medio ambiente más limpio. Sin duda, el incremento del uso de las bicicletas como medio de desplazamiento en el interior de las ciudades será una solución para una movilidad sostenible.
Oros vehículos de dos ruedas, esta vez motorizados, también comparten ya nuestras aceras. Y no me refiero, naturalmente, a los vehículos usados por personas con discapacidad, esos han demostrado su perfecta sintonía con los peatones, entre otras razones porque alcanzan una velocidad razonable y sus trayectorias son previsibles. No, no me refiero a esos, sino más bien a esos potentes patinetes o mini-motos que te dan la sorpresa en cualquier esquina.
Los tiempos cambian y con ello las costumbres también. Es probable que tengamos que modificar las formas de desplazarnos en las ciudades para minimizar el uso de vehículos contaminantes. Los peatones tendremos que acostumbrarnos a compartir las zonas peatonales con otros vehículos, a la vez que a respetar los carriles de uso preferente o exclusivo. En nuestra ciudad, en la que próximamente disfrutaremos de muchos más kilómetros de carril bici, tendremos que aprender a caminar por esas zonas compartidas. Sin embargo, me parece que es preciso alguna norma que ayude a regular estas nuevas situaciones. En algunas ciudades se restringe, en las zonas peatonales, el uso de ciertos vehículos en determinadas horas de mayor afluencia, en otras se establece claramente qué vehículos pueden utilizar los carriles bimodales y cuáles no. En suma, la rueda ya está inventada, los responsables municipales tienen experiencias a las que acudir para elaborar normas. Sea cuales sean, son imprescindibles. Cualquier día, si es que no ha ocurrido ya, uno de estos vehículos (probablemente sin ningún tipo de seguro) que se desplazan a velocidades bastante superiores a la de los peatones provocará un atropello, o será atropellado en un paso de "peatones" por algún conductor que no esperaba su inmediata incursión en el mismo.