La industria se compromete a reducir la cantidad de azúcar, sal o grasas en los alimentos procesados

Murcia

Más de 3.500 productos que aportan el 44'5 % de la energía total diaria de la cesta de la compra como derivados cárnicos, lácteos, bollería y aperitivos, entre otros, verán reducidos sus azúcares, grasas y sal en torno a un 10 % en tres años para favorecer la salud de los ciudadanos y prevenir enfermedades. Así se ha comprometido el sector alimentario español en el marco del Plan de Colaboración para la mejora de la composición de los alimentos y bebidas 2017-2020.

Aunque se trata de una iniciativa con buenos propósitos, el jefe de sección del Endocrinología y Nutrición del Hospital Virgen de la Arrixaca, el doctor Juan Madrid, se muestra escéptico ya que considera que al ser una autorregulación del sector no quiere decir que sea de obligado cumplimiento. De todas formas cree que esta medida no hará que los productos procesados sean más sanos. En todo caso, serán menos perjudiciales.

El consumo de productos procesados puede ocasionar enfermedades como la obesidad, diabetes, hipertensión u otras patologías cardiovasculares. De hecho, en nuestra Región, el consumo de estos alimentos lleva consigo que tengamos una de las tasas más altas de obesidad infantil, con un 33 %.

Por este motivo, Juan Madrid insiste en que estos alimentos no deberían formar parte de nuestra cesta de la compra. Habría que evitar el consumo de todo tipo de productos procesados, que los niños desayunen con bollería industrial o cereales azucarados y tener muy en cuenta la lista de ingredientes de los alimentos que metemos en nuestra cesta de la compra.

Según el Plan de Colaboración, la reducción de azúcar añadido será, de media, del 10 % en los productos lácteos, cárnicos, néctares, salsas, refrescos y cereales; del 18 % en saltas; 5 % en bollería y pastelería.

La reducción de sal será, de media, del 16 % en los embutidos; 13'8 % en patatas fritas; 10 % en aperitivos y platos preparados y del 5 % en las salsas.

Las grasas saturadas, por su parte, deben bajar un 10 % en aperitivos salados y platos preparados y un 5 % en galletas, bollería y derivados cárnicos.