Pensionistas sin bandera
Lo que en la patronal se contempla como una victoria, los asalariados lo interpretan como una traición

"La línea roja" de Matías Vallés (21/03/18)
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
PALMA
Si crees que los sindicatos no sirven para nada, prueba a vivir sin ellos.
Y sobre todo, pregúntale a las patronales si preferirían que no hubiera organizaciones sindicales.
La palabra “negociación” parece reprobable, suena a oscuras habitaciones llenas de humo.
En un ambiente de paz sindical labrado en la mesa de negociaciones, UGT y CCOO han sufrido un desgaste superior a las organizaciones empresariales.
Lo que en la patronal se contempla como una victoria, los asalariados lo interpretan como una traición.
Desde la constatación de que las cosas irían todavía peor sin sindicatos, las banderas de las fuerzas sindicales no debían monopolizar la manifestación de los pensionistas celebrada el pasado sábado en Palma.
La rebelión contra la ridícula subida del 0,25 por ciento en las pensiones ha sido espontánea y sin banderas, surgida desde la base.
El desconcierto del Gobierno, ante una revuelta de pensionistas que no puede interpretar en términos venezolanos, se debe a la ausencia de adhesiones ideológicas entre los convocantes.
Los sindicatos serían más inteligentes si canalizaran una cuota del descontento de los pensionistas hacia sus filas, en lugar de obsesionarse con protagonizar manifestaciones que no les pertenecen.




