Un poco hartos de Urdangarin

PALMA

En resumen, uno de nosotros le regaló millones de euros a Urdangarin.

No importa que no fuera usted en persona el autor del obsequio.

Tal vez votó usted al generoso donante, o lo reconoció como president del Govern. En cualquier caso, el PP no solo tiró nuestro dinero, sino que lo tiró en nuestro nombre.

La sentencia no dice que Urdangarin malversó y prevaricó.

La sentencia dice en realidad que hay una región del Mediterráneo adonde llega un aprendiz de brujo con espejos y abalorios, y los nativos le entregan sus riquezas.

Además de dedicarle la calle principal de la capital.

De ahí que, con el aterrizaje del ‘caso Infanta’ en el Supremo, nos declaremos un poco hartos de Urdangarin.

Cada vez que se condena al cuñado y yerno de Reyes, se nos condena un poco a todos los habitantes de Balears.

Por ingenuos, no empleemos palabras más gruesas.

Aparte de los años que llevamos cargando con Urdangarin, ¿acabará el caso durante el siglo XXI, o entraremos en el XXII con el balonmanista a cuestas?

Cuando el exduque afronte un veredicto definitivo, es probable que el Príncipe Carlos ya sea Rey de Inglaterra. Sí, así de lejano.