La sonrisa enigmática

Palencia

Revisando la información “inteligente” del INE-internet, detectó que Palencia es la última provincia de España en atractivo turístico. Más acertado diré que lo es en capacidad de desarrollar el atractivo turístico, porque son innegables sus atributos humanos, naturales, patrimoniales, culturales y artísticos.

Le preceden en ese “honor” Zamora, Soria, Ceuta y Melilla. No muy distante de la cola también se encuentra Ávila. Media Comunidad. No es de extrañar. La entidad que ha venido realizando el observatorio y promoción del sector palentino es salmantina. Será ese el motivo de la apelación constante al “turismo inteligente”. No nos engañemos, “lo que la naturaleza no da, Salamanca no presta”. Tampoco los consultores foráneos. Acaso sea necesario un cambio mayor…

¿Tan escasos andamos de personal o de ideas estratégicas para hacer de Palencia un destino turístico “inteligente”?¿Y si bajamos el ditirambo o la exagerada y presuntuosa alabanza y nos colocamos en la realidad sin vacuas sonrisas? Más a ras de tierra.

Palencia surcada de norte a sur por ríos, montes, páramos y valles. Variaciones territoriales incontables de un patrimonio natural permanente, pero muy descuidado por las administraciones, poco ejemplares en la atención medioambiental y en muchos casos depredadoras del hábitat. No es tanto “limpiar” como prevenir. Eso exige sensibilidad, formación, vigilancia…recursos en definitiva que garanticen la iniciativa pública y privada. Quien se va a meter en berenjenales pensando que al día siguiente te abandona el desodorante.

Pocos lugares disponen de tan amplio elenco de enseñas culturales, aquí y en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, de Barcelona, de Nueva York y de Bruselas.

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Acaso sobran refritos estratégicos provincianos y falta acción sobre lo existente, para que al final, atractivos mercantilizados como la semana santa no termine siendo la semana espanta, en la que por unas u otras razones se van a la de Valladolid, golosos 50 kilómetros, o a la playa. Y si en vez de competir, saliendo mañana, tarde y noche, para exhibir las bondades de mi propio cristo, unificásemos criterios con sentido de la lógica religiosa o turística, acaso ganásemos en “espiritualidad” y en originalidad atractiva.

Esta vez podemos confiar, porque el logo es morado, redondo, con la puntita de arriba hacia la derecha entre gotas de agua azul…y la diputación seguirá con un inútil superávit. Ya hemos encontrado sentido al enigma de la sonrisa. Podemos descansar, si las carreteras no nos muelen las vértebras o la nieve no nos embolsa antes de Aguilar.