Una huelga es posible

Zaragoza

Una huelga es posible. El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, asegura que si el gobierno sigue sin abordar las principales reivindicaciones sociales se dan las condiciones para organizar un paro general. En la asamblea confederal anual, celebrada en Zaragoza, ha anunciado que UGT y Comisiones Obreras convocarán una movilización el próximo 15 de abril. 

Empieza a cocerse una posible huelga general siempre que haya pasividad en el gobierno central. El líder de UGT ha dejado claro que si continúan mirando hacia otro lado con las pensiones, con la dignidad salarial y las reivindicaciones de igualdad del 8M, se está sembrando el terreno de un posible paro. "No es una cuestión que tengamos como objetivo fundamental", ha dicho Pepe Álvarez, pero "si los jubilados están en la situación que están, el 8 de marzo fue un grito pidiendo acabar con la brecha salarial y la discriminación" y "si los salarios no se abordan, empiezan a haber condiciones". Álvarez ha matizado: "No me lo tomen como un deseo, a mí lo que me gustaría es que tuviéramos un gobierno sensible".  En esta asamblea ha anunciado además que el próximo 15 de abril volverán a sacar a la calle las pancartas por la mejora de las pensiones y la sostenibilidad del sistema.

Además, Álvarez ha anunciado la creación del delegado de igualdad en las empresas, para, entre otras cosas, "acabar con estos cerdos que impiden que la mujer pueda vivir y desarrollarse con plena libertad en nuestro país". Entre sus objetivos, una negociación colectiva que sitúe el salario mínimo en 1.000 euros, que se produzcan aumentos salariales de entre el 3 y el 4 por ciento y que las pensiones más bajas, las que rondan los 600 euros, suban mucho más del 1,5 por ciento del IPC.

Álvarez se ha deshecho en elogios con los sindicatos de Opel y ha lanzado una petición de justicia y solidaridad con los cuerpos de seguridad que piden la equiparación salarial.

El líder sindical sido especialmente enérgico con la relación con la coordinadora estatal de las pensiones. Hay tiranteces, sin duda con esta coordinadora porque los sindicatos sienten que han invadido su espacio y su protagonismo histórico en la defensa de los derechos sociales. "No vamos a competir con nadie, que nadie nos impida que se vea lo que somos y cómo somos: 130 años de historia que nadie nos va a quitar, la calle es de todos y, al que no le guste, que cambie de calle". 

Aunque después del tira, ha venido el afloja al señalar que "a esos colectivos los tenemos que mirar con simpatía, con cariño y conscientes de que este movimiento sea lo más unitario posible".