Aprovechó los Carnavales de Santoña para robar a su vecina llevando una careta
Según la sentencia, la mujer afirmó que el agresor era su vecino y que le reconoció "por las voces que daba"
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Santoña
La Audiencia de Cantabria ha confirmado la pena de seis años de cárcel que se le impuso a un hombre que agredió y robó a una vecina llevando una careta para evitar ser reconocido.
El Juzgado de lo Penal condenó al acusado por delitos de robo con violencia e intimidación y lesiones, con la agravante de disfraz y la atenuante de reparación del daño, porque antes del juicio el acusado devolvió el dinero robado.
El juez impuso a este acusado seis años de cárcel y el pago de una indemnización 53.000 euros a la mujer, que falleció tres meses después de los hechos por causas ajenas a los mismos.
La sentencia explica que en febrero del pasado año, durante el Carnaval de Santoña, el acusado fue al domicilio de la mujer de 77 años, a la que conocía desde hacía tiempo porque había sido su vecina, y llamó al timbre.
Cuando la mujer abrió la puerta, el hombre, que se había colocado una careta para evitar ser identificado, dio a la mujer un puñetazo en la cara que la tiró al suelo, y después le propinó patadas, de modo que le fue imposible levantarse.
El acusado registró entonces la casa y se apropió de 540 euros en metálico, además de una cadena y una medalla de oro valoradas en 547 euros.
Al marcharse, para amedrentarla, dijo a la mujer: "tengo que volver y matarte".
La sentencia explica que, a consecuencia de estos hechos, la mujer sufrió un hematoma en la parte frontoparietal, en la zona de los globos oculares y en el tórax, además de luxación, fractura de cadera y heridas.
Tuvo que ser operada y tardó en curarse 67 días, 39 de ellos de hospitalización y 28 impeditivos, y le quedaron secuelas con limitación de movilidad.
"Hay prueba más que suficiente para declarar probados los hechos objeto de acusación", señala el tribunal, que, en cambio, destaca que las manifestaciones del acusado en el procedimiento han sido "erráticas" y "contradictorias", y que cambió sus declaraciones.
E insiste en que el testimonio de la mujer agredida está corroborado por multitud de pruebas y, además, esta persona no tenía móviles espurios.
Según la sentencia, la mujer afirmó que el agresor era su vecino y que le reconoció "por las voces que daba".
La Sala también cree, al igual que el juez de primera instancia, que debe aplicarse la agravante de disfraz.
Contra la sentencia solo concurre recurso extraordinario de casación.
