La Pasión portará a hombros, por quinto año, a La Soledad en la procesión del Encuentro
La Cofradía vive una Semana Santa "difícil" tras el fallecimiento de su presidente. El acto central de esta procesión será cuando la Vigen se encuentre con su Hijo, portado por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno
Portadores con la Virgen de La Soledad en el encuentro con su hijo / Cadena SER
Peñafiel
En este Martes Santo, el turno es para la Cofradía de La Pasión y el Nazareno que protagonizarán la procesión del Encuentro.
Lo harán después de la Santa Misa en sus respectivas iglesias, San Miguel y San Pablo y a continuación saldrán a la calle para El Encuentro de la Soledad con su Hijo Nazareno.
Ángel Blas Arranz, vicepresidente de la Cofradía de La Pasión, asegura que este año la Semana Santa se presenta “dura” para esta hermandad, tras el fallecimiento, recientemente de su presidente, Diego de Sebastián.
Pese a ello, este año, por quinta vez, la Cofradía sacará a la Virgen de La Soledad con 17 portadores. Un momento que esperan con mucha ilusión y aunque es “duro” se estudia la viabilidad de poder hacer los mismo en próximos años durante la procesión del Viernes Santo.
La Cofradía de La Pasión, que mantiene el número de cofrades con respecto a otro años, también saldrá a la calle el Jueves Santo en la procesión del Silencio.
Y el viernes, antes de la general, se vivirá otro momento importante y que se remonta a la época en que los Dominicos habitaban en las dependencias del Convento de San Pablo y que los pasionistas continuaron hasta el año 1967,en el que se suprimió para retomarse hace ya 25 años. Se trata del Descendimiento, momento en el que se desclava la imagen del Cristo, ya sin vida, de la Cruz.
Durante la escenificación, en la penumbra del interior de la Iglesia Convento de San Pablo, cuatro jóvenes ataviados con túnica, proceden a desclavar a un Cristo cuyas extremidades superiores e inferiores son móviles. Primero una mano, después la otra y finalmente y ayudado por una sábana se les despoja también los pies de la cruz. Cada paso va acompañado entre cánticos y reflexiones. Una vez que se le quitan los símbolos de su sufrimiento, se porta hasta el Santo Sepulcro, acompañado por la música de la Banda de Cornetas y Tambores de la cofradía de La Pasión, para a continuación ser proceesionado por las calles de la localidad como imagen yacente.
