¿Hay que suspender una estación de penitencia por la lluvia? ¿Es perjudicial el agua para la conservación de las imágenes devocionales?

Andújar

Antonio Custodio López (Andújar, 1982) es restaurador de obras de arte, licenciado en Bellas Artes, en la especialidad de Conservación y Restauración de Obras de Arte por la Universidad de Sevilla. Antonio considera que ante la amenaza de lluvia, una imagen no debería ser procesionada, ya que este patrimonio devocional sufre ante cualquier alteración externa, no solo la lluvia, sino también el sol, el movimiento o el contacto. Si bien entiende que es difícil tomar este tipo de decisiones por parte de las juntas directivas ya que a veces se enfrentan a amenazas de lluvia que finalmente no se producen.

Hay que tener en cuenta, nos dice Antonio, es que la mayoría de las imágenes son de madera tallada. Este material sufre bastante ante los cambios de humedad y temperatura, lo que repercute en el estado de conservación de la talla. Casi toda la imaginería con la que contamos en Jaén es de posguerra, y las maderas de aquella época eran poco curadas y poco estables, por lo que sufren especialmente ante los cambios de humedad y temperatura. Por eso siempre se recomienda para la correcta conservación de una talla, sobre todo tras una restauración, que se le haga revisiones y tratamientos puntuales, ya que el deterioro es continuo y el hecho de haber sido restaurada no la hace exenta de ello.

Las imágenes que encontramos en los museos apenas sufren alteraciones, ya que no están expuestas a cambios de ubicación, temperatura, luz, humedad, ni son manipuladas. Con las imágenes devocionales ocurre todo lo contrario: pese a tener un lugar determinado en un templo, se someten a besamanos y besapies –lo que provoca un desgaste en su policromía-, son procesionadas, expuestas a las inclemencias del tiempo, y agitadas. Todo esto conlleva un deterioro que puede ser minimizado si se tienen los cuidados pertinentes de prevención.

Antonio, como experto restaurador aconseja, ante la posibilidad de una lluvia inesperada, llevar plásticos trasparentes, suficientemente anchos y flexibles para cubrir las imágenes al completo. Considera acertado atajar los itinerarios para adelantar el regreso al templo, incluso resguardar el paso en el templo más cercano.

Si la imagen se moja, debe ser secada, nos dice, asentando papel absorbente suave en las zonas húmedas y no arrastrarlo por la superficie. En ningún caso se ha de utilizar un secador de aire caliente, ya que este produce un cambio de temperatura brusca, y ese contraste afecta tanto a la imagen como a los mantos. Lo ideal es usar papel absorbente suave que, en forma de una especie de moña, se aplique asentando sobre las zonas húmedas, nunca arrastrando, ya que así se podrían dañar los oros, policromías y retoques, así como los bordados de los mantos.

Las imágenes de palio no son especialmente privilegiadas ante las inclemencias a las que se exponen, ya que, si bien se libran de la lluvia, la candelería que suelen portar genera excesivo calor que afecta a la imagen.

Antonio Custodio López ha estado en 'Hoy por Hoy Andújar' (minuto 7):