Adicciones

Córdoba

Hay un momento en el camino de la rehabilitación de los adictos a drogas en que viven la contradicción de sentir por un lado que les gusta la nueva vida que han emprendido, y por otro, les tiran aún mucho las ventajas de la vida anterior.

Evidentemente todos sufrimos alguna contradicción, pero lo que llama la atención en este caso es la reacción tan desproporcionada cuando comprueban que no pueden compatibilizar las dos cosas, entonces se tiran otra vez al barro, muchas veces culpándonos al resto de empujarles a ello por no haber sabido comprenderlos.

Este comportamiento recuerda al avaro personaje de Balzac en Eugenia Grandet cuando quería sacar monedas del zurrón y que permaneciera igual de lleno; “no se puede ser y haber sido”, decía Balzac, y esa es la cuestión, no se puede tomar droga y vivir como si no se tomara y viceversa.

El pretender esto no es sino un rasgo de inmadurez como la que les caracteriza, acuciados por el ansia de placer inmediato y la obtención de recompensa fácil y rápida.

Ante eso no cabe por parte de los demás sino mantenerse firmes sin aceptar los chantajes emocionales a los que suelen someternos a familiares y terapeutas,

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de tal manera que lo que viven como exigencia por nuestra parte, no son sino estímulos para ayudarles a crecer, adoptando una actitud de firmeza y coherencia, de las que ellos carecen.

Apelando al estado de debilidad en que se encuentran suelen pedirnos comprensión para que bajemos el nivel de exigencia y le permitamos ciertos alivios en cuanto al esfuerzo necesario para salir de la situación en que se encuentran.

Flaco favor le haríamos si cedemos, sabemos que son débiles ante la droga pero este no es argumento para bajar el listón, justo al contrario, habrá que mantenerlo alto, conscientes de aquello que decía Goethe: “Si tratamos al hombre como lo que es”, débil en este caso, “nunca llegará a ser lo que debe ser”, fuerte en consecuencia; pues eso, exigencia, firmeza y empatía para comprender lo que pasa por sus cabezas en esos momentos es lo mejor que podemos ofrecerles los que estamos a su lado, aunque tengan, según en qué momento, dificultades para entenderlo.