La campana de la Torre de la Vela no ha dejado de tocar este Sábado Santo en Granada. Ha comenzado a tañer poco después de las cinco de la tarde. Ha coincidido con la salida del paso de la Virgen de las Angutias de Santa María de la Alhambra. Hasta que la Virgen de la Alhambra no ha vuelto a su iglesia, en el interior del recinto monumento, no ha dejado de hacerlo. En la Alhambra hacía frío aunque lucía el sol. A la vuelta, simplemente hacía frío. Y la Alhambra brillaba de una forma especial por la luna llena. La Cofradía de la Alhambra ha realizado este Sábado Santo estación de penitencia por las calles del recinto monumental. Y por las calles de Granada. Lo ha hecho en su 90 aniversario y con la solemnidad de siempre; con un acompañamiento musical excepcional (con la banda Tres Caídas abriendo el corte y Lebrija, detrás de la Virgen); con un exorno florar más clásico que otros años, aunque igual de espectacular a cargo de Álvaro Abril, y el mismo buen hacer en la calle al que tiene acostumbrados esta hermandad a granadinos y visitantes. Tras un Viernes Santo parcialmente pasado por agua, la calle ha sido tomada. No cabía un alfiler en la Alhambra y en el centro de la ciudad. Y todos, o casi todos, atraídos por un gran reclamo, la cofradía en estación de penitencia que cada Sábado Santo sale de la Alhambra y regresa a la Alhambra. La misma en la que en 1929 portó la cruz de guía, que abre el cortejo, un tal Federico. García Lorca eran sus apellidos.