Líderes y lanzados
El Sporting estira en Almería una racha impresionante, logra su sexta victoria consecutiva y se sitúa líder provisional de Segunda. La lesión de Michael Santos, después de sumar su décimo séxto gol del curso, y el fin de la imbatibilidad de Mariño fueron los únicos peros de un partido no muy brillante pero sí muy efectivo de los rojiblancos
Definitivamente, el Sporting está de dulce. Le sale todo de cara. Todo es todo. Desde lo suyo a lo de los demás. El equipo gijonés está lanzado y los números son impresionantes: el equipo ha remontado nueve puestos en ocho jornadas, hasta situarse líder provisional de Segunda. En Almería los rojiblancos golearon, sumando la sexta victoria consecutiva y logrando 22 de los 24 últimos puntos. Casi nada. En el momento de la verdad, cuando a otros les tiemblan las piernas (Oviedo, Huesca, Granada, Osasuna...) el Sporting parece imparable. El aplazamiento del partido del Huesca y el empate entre Rayo y Cádiz que hubiera firmado todo sportinguista permiten al Sporting verse en lo más alto de la clasificación. Y ahora, que le baje quien pueda.
La goleada final en el Juegos del Mediterráneo puede parecer un tanto exagerada, aunque da buena cuenta del momento que vive el Sporting. No hicieron los rojiblancos su partido más brillante ante un Almería especialmente flojo en defensa, pero sí que en la primera parte acumularon méritos ofensivos para haber logrado algún más del que marcó. En la segunda mitad el equipo gijonés estuvo bastante a merced del contrario, pero su encomiable solidez defensiva (solo manchada la estadística por el penalti que se inventó Díaz de Mera en el minuto 91, aunque compensando los que debió pitar antes en ambas áreas y no señaló) y detalles de calidad de mediocampo para arriba, el Sporting obtuvo una victoria que prolonga una racha triunfal verdaderamente ilusionante.
Al margen de esa segunda parte poco lucida, el partido solo deja un par de detalles desagradables; uno más anecdótico, el final del registro sin encajar un gol (se ha quedado en 764 minutos) y otro más preocupante: la lesión de Michael Santos, el máximo goleador del equipo, que se lesionó tras lograr el décimo sexto tanto de su cuenta individual.
Pero son cuestiones puntuales ante un cúmulo de situaciones positivas. En ataque, el equipo tiene dinamita. Santos es un goleador impresionante; por eso deja preocupación su lesión, ya que de confirmarse Nano Mesa deberá espabilarse mucho para estar al nivel. Jony es un jugador estratosférico, pero cuando ofrece una versión más gris, aparece Rubén García para echarse el equipo a la espalda y ofrecer su mejor versión. Ante las carencias de la pareja Sergio-Bergantiños para elaborar fútbol de ataque, es el valenciano quien canaliza toda la elaboración. Y atrás el equipo muestra una solidez espectacular. Mención especial merece el rendimiento que está ofreciendo el recién llegado Guitián, otro de los grandes aciertos del mercado de invierno.
De más a menos
En Almería el Sporting tuvo dos caras. En la primera mitad avasalló a su rival, desde el principio hasta el final. Tuvo el gol en sus botas Rubén García a los tres minutos, en un mano a mano con el portero rival en el que pecó de generoso. El valenciano sí estuvo finísimo para, en una jugada muy suya, asistir a Michael Santos para el primer gol: robo de Jony, pase de Bergantiños al valenciano que recibe de espaldas a portería, gira 180 grados y mete un pase perfecto al uruguayo, que define perfectamente ante el meta contrario.
La superioridad del Sporting era total, en todas las facetas del juego. Frente a una defensa de un nivel bajísimo y dominando la posesión, pero también aprovechando su velocidad para montar algunas contras peligrosas, al Sporting solo le faltó rematar la faena antes del descanso. Poco le faltó a Santos para finalizar con gol una asistencia de Jony en una contra. El urugayo no pudo protagonizar ninguna ocasión más porque a los 35 minutos pasó lo peor que podía pasar: en un pase de Carmona a la espalda de la defensa del Almería, Santos tuvo que interrumpir su carrera al notar un pinchazo en la parte trasera de su pierna derecha. Entre gestos de rabia y tristeza, el máximo goleador del equipo se tenía que marchar al banquillo, dando entrada a Nano Mesa, que seguramente deberá asumir la responsabilidad goleadora durante varios partidos.
Ya sin Santos en el campo, el Sporting aún tuvo dos ocasiones más. Rubén García, fue víctima de un penalti que lo fue para todo el mundo menos para el árbitro. Si en la primera ocasión del partido a Rubén le pudo el exceso de generosidad, en esa jugada pecó de honrado: si se hubiera ido al suelo al recibir el primer empujón de Rubén Alcaraz, posiblemente el colegiado hubiera sancionado la acción con pena máxima. Pero a veces en el fútbol la deportividad parece sobrevalorada.
El hiperactivo Rubén García también participó en la úlima acción peligrosa de la primera parte: pese a tropezarse en la acción, Mariño envió un balón que peleó el mediapunta valenciano hasta el punto de poner nervioso al portero del Almería, que se comió el bote y tuvo que rectificar.
El Almería fue un blandísimo rival en la primera parte, en la que solo un par de veces generó peligro por la banda izquierda, cuando Pozo y Gaspar pusieron en apuros a Calavera y a Sergio Álvarez. Diferente fue en la segunda, cuando el equipo almeriense se hizo con la pelota y encerró al Sporting en su propio campo. No dispuso de muchas ocasiones, pero sí de una alarmante y continuidad sensación de peligro, sobre todo con acciones a balón parado. Pudieron empatar los locales tras un error de Sergio, cuya cesión atrás se quedó corta y obligó a Guitián a esmerarse para robársela a Lass. Y la más clara de los de Alcaraz llegó en un saque de esquina peinado en el primer palo para que en el segundo Motta acabara disparando a bocajarro sobre el cuerpo de Mariño. El rechace golpeó en la cadera de Carmona. No fue mano esa acción, pero sí la mano de Álex Pérez unos minutos después.
Al Sporting le costaba salir. Sin Santos ni Rubén García en el campo y con Jony bastante gris y cansado hasta ese momento, había pocas opciones. Sin embargo, en los últimos minutos el escenario cambió. Primero gracias a un regalo de Sulayman, que le regaló una pelota a Jony que el cangués no desperdició, asistiendo perfectamente a Hernán Santana en el punto de penalti para marcar el segundo. Y el propio Jony logró el tercero en el minuto 89, en una bonita jugada que partió de la banda derecha, en la que Nano Mesa picó el balón por encima de un defensa para dársela a Carmona y este asistió al cangués para lo que parecía la sentencia, hasta el penalti anecdótico (e irrisorio) que supuso el 1-3 final y el cabreo de Mariño por recoger un balón del fondo de las redes 764 minutos después.
Rubén Baraja no se cansa de repetir que su equipo no ha hecho nada, y en parte no le falta razón, porque nada definitivo se ha conseguido. Pero, para ser justos, tanto él como el equipo han hecho mucho: pasar de ser un conjunto mediocre de mitad de tabla a, en este momento, el rival a batir. Y queda claro que batir a este Sporting no es nada fácil.
David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...