La paradoja Villanueva
A Coruña
Tal y como yo lo recuerdo, llegué tarde a la rueda de prensa en la Delegación de Gobierno, pero no demasiado. El delegado, Santiago Villanueva, ya estaba leyendo una declaración como prólogo a las estadísticas de criminalidad del año pasado, y destacaba lo segura que es Galicia. Le había oído decir aquello mil veces, así que me limité a buscar un sitio libre (había muchos) y me senté en primera fila. Arrojé sobre la mesa el bloc de notas y miré al frente. Villanueva seguía pronunciando su discurso. Sus labios fruncidos permanentemente, su pelo muy corto, su ceño profundo y sus enormes gafas le daban el aspecto de un niño enfurruñado. A su izquierda estaba el comisario de la Policía Nacional en A Coruña y jefe de operaciones en Galicia, José Luis Balseiro, con sus ojos llorosos y cara de triste, que le daban un aspecto desamparado, a lo Woody Allen. A la derecha de Villanueva estaba el general jefe de la Guardia Civil, Alonso Miranda, un sujeto espigado cuya cara no me sugirió nada en particular.
Villanueva continuaba desgranando cifras y términos como si fuera una quiniela (Coruña sube 0,7 puntos; Ourense, pasó a 0,4 puntos menos...) cuando la jefa de prensa de la Delegación hurgó con su bolígrafo en mis costillas: quería saber qué preguntaría a su jefe, así que improvisé un par de cuestiones, nada del otro mundo. El Ministerio del Interior se cuidaba mucho de subir los datos estadísticos justo en el mismo momento en el que se celebraba la rueda de prensa, sin duda para no estropearnos la sorpresa, así que no había podido revisarlas. El delegado seguía a lo suyo, leyendo aplicadamente los papeles que tenía delante, flanqueado por los representantes del orden público que mostraban la debida humildad ante la exaltación de sus logros: "Aumenta el tráfico de drogas, pero esto es un dato positivo, puesto que es un incremento de la actividad policial y de la efectividad policial en relación con estos datos". Esa frase se la había oído decir también a menudo, así que opté por ignorarlo, como suelo hacer con todo aquello que no sea un titular.
Cuando finalizó su intervención, empezó el turno de preguntas. Intenté formular las mías, pero el resto de los medios se me adelantaban. Al quinto o sexto intento, comencé a irritarme y cuando alguien me pisó una de mis preguntas, me molestó aún más. Entonces Villanueva cometió el error de repetir aquello de que el aumento de las infracciones por drogas se debía realmente a un aumento de la efectividad policial y decidí pagar mi mal humor con el delegado: "¿Cuando señala que un aumento en los delitos por droga es realmente un aumento de la actividad policial...?". Me interrumpió: "No, son un aumento de operaciones policiales" y empezó a recitar las más recientes como un niño recita una lección. Irritado porque no me dejaran acabar la pregunta, tomé aire para la segunda parte, pero fue un error, porque una redactora de la tele metió baza inmediatamente: "¿Se están reforzando los medios?" Aquello le dio pie a Villanueva para que largara durante dos minutos más sobre los éxitos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional. Para entonces, yo ya estaba de un humor bastante incisivo, y salté: "¿Pero entonces, un descenso en la estadística, refleja un descenso en la actividad policial?". Tuve la satisfacción de comprobar como el discurso de Villanueva escoraba como un barco timoneado por un borracho: "No, un descenso en las estadísticas de los temas de vigilancia en este dato... Ese aumento implica un mayor –ahí perdió el hilo del discurso- eeeee (ahí el barco amenazaba con irse a pique) desmantelamiento de puntos de droga... No quiere decir, si no hay eso que no haya esa actividad. Si salen 17 patrullas y no se detiene a nadie es porque en ese momento no hay ese punto de venta de drogas. Cuando se desmantela, es efectividad policial. Muchas veces la actividad policial si no tiene ese resultado es porque no hay ese punto de venta de droga".
De la declaración saqué de aquello dos conclusiones: la primera, que según Villanueva, que aparezca un punto de venta de droga no guarda relación con un aumento del narcotráfico. Igual que ganar a la tragaperras no tiene que ver con la suert: si tiras de la palanca suficientes veces, más tarde o más temprano te haces con el premio gordo en forma de alijo incautado. Solo hace falta tiempo, y calderilla. La segunda, que es posible salir de una rueda de prensa sin un buen titular y sentirse contento. y eso sí que me parecía una paradoja.
