Cerveza con sobrassada
Entiendo perfectamente el café a secas y la cerveza con sobrassada, en dos clientes situados en mesas distintas

PALMA
Tal vez les interesará saber que hace un tiempo fui a un bar de Palma con mi amigo madrileño, para que me desvelara las entrañas de la Villa y Corte.
Vino el camarero y le pedí un café solo. Porque me apetecía, no porque quisiera ahorrar, lo cual será relevante si siguen escuchando.
Mi amigo pidió una caña, supongo que también porque le apetecía, y no porque considerara ofensivo pedir un café.
El camarero nos sirvió impecablemente.
A continuación, trajo un plato con una tajada de barra untada con sobrassada, sobre la que virtió un chorrito de aceite.
Depositó esta tapa ostensiblemente en la parte de la mesa que ocupaba mi amigo.
El mensaje era claro. Ni te atrevas a tocarla, tacaño.
Entiendo perfectamente el café a secas y la cerveza con sobrassada, en dos clientes situados en mesas distintas.
La situación me provoca extrañeza cuando los dos parroquianos van juntos y se sientan a la misma mesa.
Sobre todo si las dos consumiciones fueron abonadas por quien pidió el café, yo mismo en el supuesto que nos ocupa.
Jamás he protestado en un bar o restaurante. Simplemente vuelvo, o no vuelvo.




