Los expertos inmobiliarios calculan que la administración puede regular los alquileres abusivos en 3 o 4 años
Proponen que se busquen acuerdos con promotores para, por ejemplo, terminar promociones inacabadas a cambio de poner esas viviendas inacabadas durante 25 años. Una vía más rápida que permitiría ganar tiempo para buscar suelo y construir nuevos edificios y para que el mercado se regulase
Agencias
Santa Cruz de Tenerife
El acceso a la vivienda se ha convertido en todo un problema de orden social. Aunque nunca haya dejado de serlo, la diferencia radica en que ahora se ha extendido a casi todas las capas de la sociedad. La crisis ha dejado salarios muy justitos y familias sin ahorros que no pueden plantearse dar una entrada para comprar una casa. Y los bancos no se arriesgan a volver a las andadas financiando al 100%. La única opción a la vista parece ser el alquiler. Pero los ciudadanos, algunos en situaciones extremas, reclaman casi con desesperación pisos con rentas que puedan pagar.
Lo malo es que no los hay. El boom del alquiler vacacional se ha amplificado exponencialmente por las posibilidades que ofrece internet. Y todo el que tiene una vivienda disponible está decidido a convertirla en su gallina de los huevos de oro.
La situación hace tiempo que preocupa y ocupa a los responsables políticos. La consejera de Vivienda y Asuntos Sociales, Cristina Valido, avisa de que incluso puede lastrar el acceso a los empleos que se crean. Más aún en una comunidad turística como la nuestra.
El coordinador de la Asociacion Profesional de Expertos Inmobiliarios (APEI), Isidro Martín, no ve más solución que la intervención de la administración. Para él, podrían poner en el mercado inmuebles que regularan los precios en 3 o 4 años a través del incremento de la oferta.
La solución parece ser la creación de vivienda pública. Pero requiere tiempo y no está libre de obstáculos. El principal, encontrar suelo disponible en los lugares en los que se precisa. O casas que la administración pueda poner en alquiler social. Y, de nuevo, surge la dificultad de encontrarlas a precios razonables. Porque no es cuestión de derrochar dinero público a mayor gloria de lo que se está convirtiendo en una nueva burbuja especulativa. Diferente a la anterior, sin duda, con consecuencias que no pintan nada bien.
Según señala Martín, una fórmula que podría resultar exitosa sería la de buscar acuerdos con promotores para, por ejemplo, terminar promociones inacabadas a cambio de poner esas viviendas inacabadas durante 25 años. Una vía más rápida que permitiría ganar tiempo para buscar suelo y construir nuevos edificios y para que el mercado se regulase.
