Ojalá las kellys limpiaran La Moncloa
Hubiera sido más provechoso que Rajoy les hubiera encomendado la limpieza radical de La Moncloa. Sobre todo en sentido figurado

"La línea roja" de Matías Vallés (09/04/18)
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
PALMA
La legislatura balear empezó con una reivindicación de la labor sacrificada y callada de las camareras de pisos.
Lo que parecía un capítulo más de la política de gestos, acabó en una revolución laboral.
Las kellys han sido el colectivo de trabajadoras que ha simbolizado el abismo de la desigualdad, entre los ganadores y las eternas perdedoras de la crisis.
En las manifestaciones del Día de la Mujer, las kellys tan presentes en Balears lideraban la marcha en toda España.
Habían dejado de ser invisibles.
Sus exigentes condiciones de trabajo y las lesiones consiguientes acabaron por conmover al mismísimo Rajoy, de habitual imperturbable.
En el Senado, el presidente del Gobierno se comprometió a recibir a las kellys en La Moncloa.
Así lo hizo la semana pasada. No les dio más tiempo del que invierten en poner a punto una habitación, pero están acostumbradas a trabajar rápido.
Rajoy las despidió con las promesas y benevolencias habituales en los políticos.
Sin embargo, hubiera sido más provechoso que les hubiera encomendado la limpieza radical de La Moncloa. Sobre todo en sentido figurado.
Las kellys son las primeras responsables de la imagen que ha elevado a Balears a la cima del turismo de calidad.
Cuánto las necesita Rajoy en su palacio en ruinas, aunque no lo sepa.




