Así está el agujero presupuestario

Valencia

Temporada tras temporada el Valencia necesita equilibrar su presupuesto con la venta de jugadores, porque el capítulo de ingresos es siempre notablemente inferior al de gastos. En concreto, para la temporada actual el desfase entre ambas cantidades asciende a los 58 millones de euros. Esta es una cifra aproximada resultante de nuestros propios cálculos, pero que seguro está muy cerca de la real. La explicación de esos 58 millones de desfase es derivada de los 151 millones aproximados que el Valencia tiene de gastos, por los cerca de 93 que tiene de ingresos.

El Valencia tomó la decisión de posponer la venta de jugadores a final de liga, en un mecanismo al que llamó ‘riesgos controlados’, con la idea de que haciendo una buena temporada muchos jugadores podrían revalorizarse, ya que sus valores de mercado estaban bajo mínimos al empezar el ejercicio. De hecho, en su propio presupuesto aprobado en asamblea general se recogen 45 millones de euros en concepto de enajenación de activos.

No obstante, de esos 58 millones de euros, hay que descontar una serie de conceptos que hacen que la cantidad a día de hoy sea algo inferior:

- El Valencia no ha consumido íntegro el límite salarial que le autorizó la Liga de Fútbol Profesional y que era de 113,3 millones de euros. De esa cantidad se consumió, a cierre del último mercado de fichajes de invierno, 112,5 millones, con lo que el sobrante de 800.000 euros hay que restarlo de los 58 millones de desfase.

- Según las operaciones de traspaso de jugadores que el Valencia ha hecho desde el 1 de julio de 2017 hasta el cierre del pasado mercado de invierno, el balance del beneficio neto por el traspaso de esos jugadores es de 1,35 millones de euros. Este es el resultado de las ventas de futbolistas deficitarios como fue en su día el de Negredo (-5,8 millones), compensado por beneficios limpios como en los traspasos de Yoel (750.000 euros), Piatti (1,2 millones), Diego Alves (500.000), Sivera (2 millones) y Rafa Mir (2,7 millones).

- 3 millones de euros que el Inter de Milán pagó por la cesión de Cancelo por una temporada (Lo que el Valencia paga por las cesiones de algunos jugadores, como en el caso de Andreas Pereira, ya está computado en los 112,5 de gasto de plantilla en salarios más amortizaciones).

- 500.000 euros que el Sao Paulo paga por la cesión de Aderlan Santos hasta final de temporada (Realmente son 800.000, pero como la cesión es hasta el 31 de diciembre de 2018, el resto habrá que contabilizarlo en el presupuesto de la próxima temporada).

- 500.000 euros que el Eibar paga por la cesión de Orellana desde el 1 de enero hasta final de temporada.

- 1,5 millones de euros que pagará el Eibar una vez que consiga matemáticamente la permanencia en Primera ejecutándose de manera automática la opción de compra de Orellana.

- 375.000 euros que pagará el Barça como parte de la cantidad variable establecida en el traspaso de André Gomes al haberse clasificado para los cuartos de final de la Champions League.

- 750.000 euros que pagará el Barça, dentro de esos mismos variables, en cuanto se proclame campeón de Liga.

Así pues, sumando todas estas cantidades y restándoselas a los 58 millones de euros iniciales de desequilibrio, a día de hoy el Valencia tendría pendiente por compensar 49 millones de euros. Concretamente 49.225.000 euros.

Para terminar haremos un ejemplo práctico de venta de un futbolista y cómo repercutiría en esos 49 millones de euros que el Valencia todavía debe pulir. Si el Inter de Milán ejerce la opción de compra establecida en la cesión de Cancelo y que está fijada en 39 millones de euros, teniendo en cuenta que es un jugador por el que el Valencia todavía tiene pendiente una amortización de 7,5 millones, el traspaso supondría un beneficio neto de 31,5 millones, que pasaríamos a restar de la cifra anterior. Es decir, que si esto se termina dando, el agujero presupuestario en ese momento pasaría a ser de ‘sólo’ 17.725.000 euros.