Anari, la primera mujer en recibir el Premio Adarra de Donostia Kultura

San Sebastián

Anari, una de las voces más personales de la música vasca, ha sido galardonada con el premio Adarra 2018, lo que la convierte en la primera mujer en recibir esta distinción con la que Donostia Kultura reconoce a figuras relevantes de la música vasca.

La cantante y compositora recibirá el premio el próximo 21 de junio de manos del alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, en el teatro Victoria Eugenia, donde a continuación ofrecerá un concierto en el que repasará sus más de 20 años de carrera.

Contará con numerosos invitados en esta actuación, músicos que la han acompañado a lo largo de una trayectoria que inició con "Anari", el primer disco que publicó en 1997, al que siguieron otros cinco álbumes, además del directo "Bidea eta Denbora".

Su nombre se suma al de cinco destacados nombres de la música vasca que han recibido el galardón en las cuatro ediciones anteriores: Mikel Laboa, Ruper Ordorika, Benito Lertxundi y Fermín Muguruza.

En esta ocasión, los miembros del comité que ha propuesto a Donostia Kultura a la candidata han sido la técnico de la Unidad de Música de esta entidad Esther Fernanino, la directora de Tabakalera, Edurne Ormazabal, y la promotora musical Amaia Ispizua.

La "trascendencia" de su trayectoria y la "importancia" que ésta ha tenido para la música vasca ha sido "evidente" para las tres proponentes, según ha explicado el responsable de la Unidad de Música de Donostia Kultura, Miguel Martín, en una rueda de prensa que ha ofrecido junto al concejal donostiarra de Cultura, Jon Insausti.

Anari Alberdi, nacida en Azkoitia en 1970, es la más joven de los tres premiados, pese a lo cual su nombre "siempre se ha tenido en cuenta en las deliberaciones", ha señalado Martín.

Ha explicado que la cantante está "encantada" con el premio y que el 30 de abril hará un parón en sus actuaciones para preparar el concierto del 21 de junio, Día Internacional de la Música.

Donostia Kultura recuerda que la crítica especializada consideró a Anari ya desde el principio como una de las voces más importantes del País Vasco, aunque incluso "hay quien le asigna ahora un sitio en la literatura vasca por su valor poético".