Las vacaciones llegan en La Rosaleda
Una Real Sociedad irreconocible, sin chispa ni intensidad, pierde en casa del descendido Málaga (2-0) y deja escapar una gran oportunidad de colocarse a sólo dos puntos de Europa

Canales intenta regatear al jugador del Málaga, Keko Gontán / Carlos Diaz (EFE)

San Sebastián
Las vacaciones para los jugadores de la Real Sociedad pueden haber llegado en La Rosaleda, donde han perdido 2-0 contra el Málaga en un mal partido de los donostiarras, con el que cortan su impresionante racha a manos de Imanol Alguacil como técnico del primer equipo realista. Y es que con esta derrota, la Real echó por tierra una gran oportunidad de colocarse a sólo dos puntos de los puestos europeoas, con esta oportunidad perdida, la sensación es que ya sólo le queda esperar a que termine cuanto antes la temporada para marcharse todos de vacaciones y preparar ya a conciencia el proyecto de la próxima temporada.
Hay algo que no se le puede achacar a Imanol Alguacil en el poco tiempo que lleva como técnico del primer equipo de la Real: valentía. Y lo volvió a ser en La Rosaleda con su once inicial. Primó las rotaciones, tener a todos los jugadores enchufados a su idea, que el rendimiento del propio equipo, confiando en que ello redundara en el beneficio del rendimiento del equupo, como había ocurrido en los partidos anteriores. Lo malo es que en esta ocasión no le salió nada bien. Dejar en el banquillo a Wiillian José, Illarramendi y Oyarzabal es un lujo que ni la mejor de las dinámicas puede aguantar. Y eso ocurrió. En Málaga, el oriotarra vio como su racha de invicto e imbatido se iba al garete de un plumazo.
Y todo por culpa de que su Real no tuvo lo que si tuvo en su cuatro primeros partidos, lo que el propio Alguacil fue capaz de imprimir a sus jugadores nada más llegar: intensidad. Ni existió, ni se le esperó en Málaga. Basta con un dato. La Real no hizo ni una sola falta en todo el partido. Ni una, algo que es un récord en la liga y hasta histórico en el fútbol europeo, porque ningún otro equipo lo ha logrado, ni hay referencias de que haya ocurrido en otro partido de Europa. El árbitro no necesitó pitarla, porque los realistas llegaban tarde a cualquier disputa, y cuando llegaban lo hacían sin tensión competitiva, como si las vacaciones hubieran llegado ya, porque Europa realmente ya estaba muy complicada antes de viajar a La Rosaleda. Y sin esa tensión, Alguacil no puede dar el siguiente paso, buscando transiciones rápidas para buscar la portería rival, y porque así recibe goles, y sin portería a cero, no hay paraíso para la Real de Alguacil.




