Un punto que vale oro
Emocionante empate de un Sporting gris pero que sigue sumando y se mantiene en ascenso directo

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¿Quién no hubiera firmado que el Sporting sumara cuatro puntos en los dos desplazamientos seguidos a Valladolid y Cádiz? Posiblemente todo sportinguista lo hubiera aceptado a priori, incluidos Rubén Baraja y sus futbolistas. Puede que el Sporting jugara con esa mentalidad en Cádiz, sabiendo que el punto era positivo y consciente además de que ganar en el Ramón de Carranza es una misión casi imposible. Esta temporada solo Osasuna lo había logrado. El sufridísimo punto sumado por el Sporting le permite mantenerse en ascenso directo, ya no como líder, pero sí como segundo, empatado a puntos con el Huesca.
No solo eso. El resultado deja al Cádiz frustrado y prácticamente eliminado de la pelea por el ascenso directo, que les queda a siete puntos. Uno menos. Mucho tienen que cambiar las cosas para que la pelea por los dos puestos de ascenso directo sea cosa de tres: Rayo, Sporting y Huesca. Y aunque se frenó su histórica racha de victorias, las estadísticas siguen siendo espectaculares: el Sporting encadena la friolera de once partidos sin perder, con solo dos empates en ese tramo del calendario.
Lo sucedido en el Ramón de Carranza no fue un partido: fue una batalla. Dejó mucho que desear como espectáculo futbolístico, como suele suceder en los partidos del Cádiz. El Sporting tampoco propuso mucho; si acaso algo en la primera parte, por lo que hubo que sufrir hasta la última jugada del partido, cuando los amarillos intentaron marcar en un barullo en el área. No fue así y el Sporting volvió satisfecho con el empate a cero.
Una mitad para cada uno
El partido tuvo dos partes. En la primera el Sporting jugó algo más al fútbol. El Cádiz le entregó la pelota al equipo gijonés, que tocaba pero sin mucha profundidad, más allá de un par de llegadas de Nano Mesa. Los amarillos solo dieron un susto a cinco minutos del descanso, cuando Carrillo cabeceó en el área pequeña un centro colgado desde la izquierda. El futbolista amarillo no buscó portería, sino a un compañero, pero la pelota rebotó en el tobillo de Barba y acabó atrapándola Mariño. En esos últimos compases de la primera parte sí había dado un paso adelante el Cádiz.

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Ese cambio se mantuvo en la reanudación. El Cádiz pasó a tener la pelota y a llegar bastante más al área del Sporting. Los rojiblancos se dedicaron a defenderse y sufrir. Mariño protagonizó su habitual paradón, desviando al larguero un remate de cabeza de Garrido. También reaccionó muy bien el guardameta a un disparo de Rober.
La cara más gris del Sporting coincide con la peor versión de Jony, que no fue ni la sombra del que llegó a Gijón y del de antes de la lesión. La falta de chispa le agria el carácter, como demuestran las constantes protestas en las que se perdió en Cádiz. Baraja optó por retirarlo en el tramo final, para notable cabreo del cangués, no se sabe muy bien de si consigo mismo o con el técnico.
El sustituto de Jony, Isma López, tuvo la gran ocasión del Sporting. Nano Mesa le asistió desde línea de fondo y el navarro remató fatal en boca de gol. Hubiera sido un premio enorme, pero inmerecido.
El partido se prolongó hasta el minuto 97, obligado por la lesión de uno de los jueces de línea. Fue un largo penar hasta sumar un punto que el Sporting puede dar por bueno.

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David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...




