Están locos estos españoles

A Coruña

Allá por el 50 antes de Cristo, toda la Galia estaba ocupada. ¿Toda? No, un pueblo de irreductibles galos le hacía frente a los ejércitos de Julio César gracias a una poción mágica que les otorgaba fuerza sobrehumana.

La gente del famoso pueblo de Asterix y Obelix solo tenían miedo a una cosa: Que el cielo les cayese sobre la cabeza. A los romanos los trataban de locos. De hecho, su frase más repetida: "Están locos estos romanos"

Supongo que es la reacción típica de un pueblo cuando otro lo invade. Los romanos, con sus extrañas costumbres, con sus túnicas, sus ejércitos bien formados, sus sandalias estrafalarias y su adoración por extraños dioses, tuvieron que dejar totalmente impactados a aquellos tranquilos galos, que dedicaban su existencia a tallar menhires y cazar jabalíes.

Una nueva civilización amenazaba con romper la armonía del lugar y realmente, esta historia se ha repetido a lo largo de la historia, nunca mejor dicho, y así se han ido creando y destruyendo civilizaciones y pueblos. A veces por puro mestizaje cultural y otras por invasiones en toda regla, con guerras e imposiciones.

Y así, leyendo comics de Asterix, llegamos a nuestro tiempo y la pregunta es: ¿Qué pasa con nosotros? Hubo una época en que en el reino de España nunca se ponía el sol, pero ahora...¿Somos invasores o invadidos?

Muchos podrían pensar que ni invadimos ni nos invaden, pero...mírense a las piernas, ¿llevan ustedes pantalones vaqueros? Caramba, un producto americano. ¿Y que me dicen de su teléfono móvil? Si es Apple es yanki, si es Nokia es nórdico, si es Samsung es coreano...mmm, da que pensar.

¿Por qué ahora comemos en lounges o woks y no en restaurantes? ¿Por qué tenemos hall en casa, tablet en la mochila y nuestras gafas son de lo más cool?

Las invasiones modernas, queridos amigos, se hacen a la chita callando. Y ojo, que no creo que sean algo malo, al contrario. Creo que todo lo que viene de fuera puede servir para enriquecer nuestra cultura y formarnos como ciudadanos del mundo. Pero creo que ya va siendo hora de que nosotros también exportemos nuestras ancestrales costumbres.

Así que, a partir de ahora, cuando viajen al extranjero, lleven a lo largo y ancho del mundo nuestra idiosincrasia, nuestra forma de gobernar tan limpia y transparente, nuestro amor por el trabajo intenso y nuestra repulsa al enriquecimiento personal a través de la picaresca.

Que dejen de una vez de decir ahí fuera: "Están locos estos españoles". Que duda cabe.