CurioSERando: "Quero, los escarabajos y el Mediterráneo"
Una llamativa relación une a estos tres elementos, la localidad toledana de Quero, unos escarabajos con una singular historis detrás e incluso, la desecación del mar Mediterráneo
CurioSERando: Quero, los escarabajos y el Mediterráneo
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Quero
Se da la circunstancia de que gran parte de los coleópteros que son endémicos de las lagunas salinas de La Mancha, fueron vistos por primera vez en el municipio de Quero. Con descubrimientos que van al menos desde finales del siglo XIX hasta los 90 del pasado siglo. No puede ser casualidad que ocurriese esto, y tal vez es un buen momento para que se analice. Podemos aplicar para ello las llamadas tablas DAFO. En ellas se ven las Oportunidades, Fortalezas, Debilidades y Amenazas, desde una decisión personal, la situación de una empresa e incluso el estado de un ecosistema. Sin duda una de las fortalezas del entorno natural de Quero fue el hecho de que estaban en buen estado de conservación, y contenían casi todo lo que podría encontrarse en otras lagunas cercanas. La presencia de la Cañada Real o el ser zona de paso hacia Madrid para investigadores que visitaban estos espacios, sin duda también fue clave para describir a la ciencia un buen puñado de especies de animales.
¿Qué hacía el padre de la espeleología mexicana en Quero a principios del siglo XX?
Descubrir con poco más de 14 años una especie nueva de insecto para la ciencia. Se trataba de Cándido Bolívar y Piéltain, un entomólogo y espeleólogo español que fue secretario del mismísimo Manuel Azaña incluso durante la Guerra Civil. Cándido Bolívar fue hijo de otro célebre científico español, Ignacio Bolívar. Éste fue director del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. Envió a su hijo Cándido a estudiar bachillerato a Ciudad Real, descubriendo una especie de insecto en Quero en uno de sus viajes de vuelta a Madrid. Se trata del Broscus uhagoni, un escarabajo tan raro que incluso la ciencia pensó en declararla como extinta, y que en 1912 se describe por parte de un adolescente que desde luego daría que hablar. Pasaron 80 años hasta que se volviese a ver este insecto, tras infructuosas búsquedas allí donde Bolívar lo localizó en Quero y que hoy en día está siendo utilizado como especie que puede indicarnos qué está pasando en un humedal manchego. Ese adolescente que pasó por Quero, además de secretario de Azaña, también fue el pionero en el estudio de las cuevas de México, país donde se exilió y donde es recordado con gran cariño por su enorme labor científica,
¿Hay más especies similares descritas de Quero?
Está el caso del Iberodorcadion bolivari, un escarabajo de terciopelo y largas antenas descubierto en Quero en 1898 por Jorge Lauffer. Ese “bolivari” hace referencia a que se dedica a Ignacio Bolívar, padre del chico que descubriría poco después otro insecto en Quero, y que dedicó a su vez al que precedió a su padre en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid, Serafín de Uhagón, quién tuvo además gran amistad con Laureano Pérez Arcas, otro entomólogo que describió un escarabajo que podemos ver en estos días y que la gente del campo llama “peloteros, abuelitos o ronchones”. Si nos salvamos de este enredo de nombres, seguimos con Iberodorcadion bolivari. Este escarabajo, uno de los más bonitos de las especies autóctonas, tiene una peculiar forma de vida. Se asocia íntimamente a una especie de planta ligada al albardín, y sólo puede vivir en ella, pues sus larvas se nutren de sus tallos subterráneos. Cuando emergen, lo hacen primero los machos, que comienzan a dispersarse. Algunos días después, lo hacen las hembras, que se mueven poco de su planta nutricia. El macho por lo tanto viaja y la hembra asegura la supervivencia. Como curiosidad, la mejor población mundial de estos insectos está en Quero. La recolección ilegal de estos insectos es uno de sus mayores problemas, por lo que no se debe de dar su localización exacta, aunque sí explicar que para el estudio de esta especie pasa, siempre, por Quero.
¿Nos quieren contar algo estos insectos?
El nombre impronunciable de otro coleóptero encontrado en 1996 en Quero, Poecilus zaballosi, nos hace pensar que algo está sucediendo. Quizá nos quieran decir que, en la época dorada de los humedales de La Mancha, estos animales eran reflejo del estado de conservación de estos espacios. Nos encontramos que es en un puñado de sitios con alta concentración de sal, con epicentro en Quero, el lugar donde más especies raras podemos encontrar en plena Meseta. El cómo han llegado aquí es una pregunta que podría responderse, aunque sí sabemos por qué están aquí: se han adaptado a condiciones extremas para seres vivos incapaces de regular por sí mismos la temperatura corporal, y las temperaturas de la zona suelen ser incompatibles en muchas ocasiones con la vida de estos insectos. Pero son un reflejo de lo efímero y peculiar de los saladares de interior. Su conservación se hace obligatoria pues nos muestran lo singular de estos espacios.
- · ¿Tuvo que ver el Mediterráneo con todo esto?
Sin duda alguna. El mar Mediterráneo se deseca al cerrarse el paso de agua a través del Estrecho de Gibraltar, hace unos seis millones de años. La evaporación deja tras de sí unos ambientes salinos propicios para la aparición de especies como las que se describen en Quero. Es por tanto un momento clave en la generación de biodiversidad de las lagunas manchegas. Una edad de oro. No quiere decir que estas especies que vemos hoy en día sean las que en su momento llegaron con esa llamada Crisis Salina, pero sí es lo que las hace únicas. Así que se puede afirmar que lo que ocurrió en el Mediterráneo modificó para siempre lo que hoy es el término municipal de Quero.