Manual para padres de adolescentes en Redes Sociales
La adolescencia es el punto de inflexión, la edad en la que muchos jóvenes comienzan a usar este tipo de canales de comunicación
Manual para padres de adolescentes en Redes Sociales
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Valencia
“No podemos pasarnos toda su infancia haciéndoles fotos y subiéndolas a las redes sociales para ganar un puñado de likes a su costa, y luego cuando llegue la adolescencia pedirles que sean cautos con cuanto comparten”, admite el psicólogo, Alberto Soler.
Convivimos con ellas y nos permiten comunicarnos. Pero, ¿hacemos un buen uso de las redes sociales? La adolescencia es el punto de inflexión, la edad en la que muchos jóvenes comienzan a usar este tipo de canales de comunicación. Según DIDE, una plataforma para la prevención y orientación de hasta 35 indicadores que dificultan el desarrollo y el aprendizaje de niños y adolescentes, si tuviésemos en cuenta el tiempo de conexión a cualquier dispositivo electrónico en los niños y adolescentes sería superior a 5 horas y 30 minutos por día. Los padres muchas veces no saben qué hacer cuando ellos se conectan a las redes. La información es poder y compartirla conlleva ciertas consecuencias. Alberto Soler, psicólogo y autor del libro Hijos y padres felices, reflexiona sobre ello.
1 ¿A partir de qué edad debemos darle un móvil a un adolescente?
Actualmente, según los últimos datos, el 94% de niños y niñas de 15 años dispone de teléfono móvil; pero es que con 12 años ese porcentaje ya se sitúa en un 75%. Lo mínimo que deberíamos esperar es a que el menor se lo pida a sus padres, y una vez se produce esa demanda tomar una decisión, no adelantarnos a una petición que, todo sea dicho, cada vez es más temprana.
Pero más allá de la edad en sí, que yo recomendaría retrasar al máximo posible, es el uso que se da; este siempre debe ser supervisado por los padres y con limitaciones. Y es que, más que el acceso a un teléfono móvil, de lo que deberíamos hablar es del acceso a las redes sociales; en nuestro país el acceso a estas plataformas está regulado por un Real Decreto de 2007 que desarrolla la Ley de Protección de datos, y establece la edad para recabar datos de menores para estos fines en 14 años.
Son las propias redes sociales las que establecen en sus términos de servicio la edad permitida para registrarse en ellas. Veamos algunos ejemplos: con 13 años los menores pueden estar presentes en WeChat, Twitter, Tumblr, Pinterest, Reddit, Snapchat, WhatsApp, o Foursquare, y en caso de contar con permiso paterno, además en Youtube, Wechat, FourSquare o Flickr. En el caso de Facebook o Instagram, se establece la edad mínima para tener cuenta en 14 años.
Esto contrasta con los datos de uso; según una reciente encuesta, el 72% de los niños españoles entre 6 y 11 años tiene perfil en alguna red social frente al 44% de media en el resto de países. Aquí, como en obesidad infantil, vamos en cabeza respecto a nuestro entorno.
2 ¿Debe un padre poner reglas a la aparición de su hijo en redes sociales?
La primera regla sería velar por cumplir con la legislación y no permitirle abrirse perfiles sociales antes de la edad permitida para ello, 14 años. Y sí, deben poner ciertas reglas del mismo modo que las ponen en la vida real. No todo puede ni debe estar permitido en las redes sociales; los padres tienen que preocuparse por educar a sus hijos en un uso responsable de la tecnología y redes sociales, dar un buen modelo con el uso que ellos mismos hacen y supervisar el uso que les dan. Esto es especialmente importante cuando hablamos de privacidad, ya que muchas veces los menores no son conscientes de qué ni con quién están compartiendo la información; y en el caso de ser conscientes, minimizan las posibles consecuencias de ese “oversharing”.
Hay una sentencia emitida por el Tribunal de Roma (Italia), que condenó a una madre a eliminar todas las fotos de su hijo adolescente que ella publicó en Facebook, so pena de multa de 10.000 euros. No ha sido el primer caso que se da en Europa sobre la materia. El shareting (compartir fotos de los niños) lleva años protagonizando debate social. ¿Qué te parece?
No podemos pasarnos toda su infancia haciéndoles fotos y subiéndolas a las redes sociales para ganar un puñado de likes a su costa, y luego cuando llegue la adolescencia pedirles que sean cautos con cuánto comparten. Tenemos que darles un buen modelo también cuando son pequeños, no subir fotos suyas en las que se les pueda reconocer, con el uniforme del cole, en lugares que frecuentamos asiduamente… y mucho menos comentarios o contenidos que puedan resultar ofensivos, humillantes o que, simplemente, no nos gustaría que hicieran sobre nosotros.
3. Redes sociales en la adolescencia. ¿Son peligrosas?
Como ocurre con muchas otras herramientas, el peligro no está tanto en la herramienta en sí como en el uso que se le da; una misma aplicación de mensajería puede usarse para mantener el contacto con familia y amigos, para acosar y humillar a compañeros de clase, o puede ser la vía de entrada por la que un adulto acosa sexualmente a un menor (lo que se conoce como grooming) Por esto es muy importante la prevención: buena relación, comunicación y clima familiar, educación y supervisión en el uso de redes sociales y dispositivos de acceso a internet, administración del uso, modelo de uso racional, etc.
Pero tampoco es necesario irnos a esos extremos; cuando pasamos del uso al abuso se empiezan a afectar otras áreas de la vida diaria (estudios, trabajo, deporte, ocio, amistades, familia, etc.), y todo esto produce una serie de síntomas en la persona: ansiedad, baja autoestima, pérdida de autocontrol, etc.
4. ¿Cuáles son los riesgos de las RRSS en la adolescencia?
Como comentaba, hay dos riesgos importantes asociados al uso de RRSS en la adolescencia, el ciberacoso y el grooming.
El ciberacoso es el acoso entre iguales (que siempre ha existido) pero llevado a cabo a través de redes sociales, smartphones, vídeojuegos, etc. Aquí, tanto el acosador como la víctima suelen ser personas de la misma o similar edad, y por norma general, viene asociado con amenazas, insultos, vejaciones o de la creación de perfiles en redes sociales suplantando la identidad de la víctima y asociándola a contenidos vejatorios, del etiquetado de fotografías de otras personas o cosas con intención ofensiva hacia la víctima.
Por su parte el grooming consiste en una situación de acoso hacia el menor procedente de una persona mayor con finalidad sexual explícita o implícita. Es cuando un adulto desarrolla una serie de acciones para ganarse la confianza del niño con el fin de obtener concesiones de índole sexual (imágenes comprometedoras del menor, encuentros sexuales, etc.)
5 ¿Debe un padre vigilar las redes sociales de su hijo?
Sí, claro, y no solo por sentido común, sino porque es su responsabilidad; forma parte de la patria potestad, según nuestro Código Civil, el velar por los menores, tenerlos en compañía, alimentarlos, educarlos, y procurarles una formación integral, así como representarlos y administrar sus bienes, si los tienen. Por lo tanto, los padres deben estar atentos a lo que sus hijos hacen en Internet, y poner límites en caso de ser necesario.
6 Estudiar con el móvil. ¿Cómo evitar que sea un elemento de distracción?
El teléfono móvil nunca debe estar en la misma habitación donde se lleva a cabo el estudio; es recomendable que todos los miembros de la familia acuerden un lugar para dejar los teléfonos al llegar a casa y solo cogerlos cuando van a utilizarlos con algún fin, no llevarlos en el bolsillo a todos lados ni ponerlos a cargar en la mesilla de noche. A la hora del estudio, el teléfono debería estar en modo avión en ese lugar acordado. Igualmente, a la hora de ir a dormir, el teléfono (y la tablet) se debe quedar ahí y no en la habitación del menor.
7 ¿El uso de las redes puede derivar en alguna patología?
Cada vez se habla más de adicción a las nuevas tecnologías, y es que no solo existen adicciones tóxicas, sino que también contemplamos adicciones no tóxicas como el juego patológico (que vuelve a repuntar con las apuestas on line) o las NNTT. No obstante, todavía no hay acuerdo en si considerar esta “adicción a las nuevas tecnologías” como una verdadera adicción, pero en todo caso, es una conducta compulsiva cada vez más frecuente y que hay que observar de cerca. De hecho, la Estrategia Nacional de Adicciones 2017-2024 sí la contempla.
8 ¿Y si hacemos ejercicio?
Las redes sociales quitan tiempo para realizar actividad física. Muchos niños ahora no juegan en el patio a básquet. Están sentados con sus teléfonos móviles. El ejercicio físico es una fuente de salud, pero para que sus beneficios perduren en el tiempo debe convertirse en un hábito. Esto empieza en las edades más tempranas, en la niñez. Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), cerca del 12% de los niños entre 5 y 14 años no realiza ejercicio físico, una tendencia que no solo afecta a la infancia, sino que continúa al alza en la vida adulta y llega a superar el 45% entre los jóvenes de 15 a 24 años.
Existe una gran evidencia científica en torno a los beneficios que la actividad física tiene para la salud. Con la incorporación del ejercicio físico en la rutina diaria, un niño reduce el riesgo de padecer obesidad, mejora su condición física, cardiovascular y ósea, su rendimiento escolar y su estado anímico, además, reduce el riesgo de enfermedad por cualquier causa en edades más avanzadas
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los niños y jóvenes de 5 a 17 años inviertan como mínimo 60 minutos diarios en actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa.
Sara Tabares es entrenador personal en Valencia y Directora de PERFORMA ENTRENADORES PERSONALES.