La bajada del Dépor a Segunda División
El comentario de Consuelo Bautista (30/04/2018)
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A Coruña
El fútbol, decíamos, es un estado de ánimo. Y la afición deportivista tiene hoy los ánimos por los suelos. Está además agotada después de una temporada de locos, desesperante. El fútbol es también un gran negocio. Un negocio que vende espectáculo con deporte, valores y emociones. Con el paso del Deportivo a Segunda División A Coruña ha quedado apeada de uno de los campeonatos claves de ese negocio a nivel mundial. La liga de primera división en España. El principal escaparate, el trofeo estatal más codiciado, uno de los que mueve más dinero. Atrae visitantes, pasea el nombre de la ciudad por todo el país y crea marca en este mundo en que todo se compra y se vende. El fútbol, como la vida, es además un juego de espejos y de efectos directos y colaterales. Mientras el Deportivo bajaba a Segunda después de un partido en que dio una imagen más que digna, el Barcelona se proclamaba Campeón de Liga en el Estadio de Riazor. Y la afición daba un ejemplo de dignidad en medio de la derrota con cerrado aplauso a quien lo merece, Andrés Iniesta, que simboliza lo mejor de ese deporte y de la forma de dirigir una vida. Sólo queda encarar la vuelta, lo antes posible. Hay mucho que hablar.
La rueda de prensa de Clarence Seedorf.