Y se reían de la paridad a la balear

PALMA

Nadie tiene que explicar que toda España vive un movimiento de reivindicación feminista que asombra al mundo.

Los primeros pasos a escala estatal los dio Zapatero, al nombrar una vicepresidenta, una ministra de Defensa embarazada o imponer unas listas al Congreso casi paritarias.

Antes que todo eso, en una aldea gala llamada Balears se colocaron las primeras y valientes piedras de la igualdad.

El Govern del socialista Francesc Antich votó una paridad real o cremallera.

Es decir mujer-hombre-mujer-hombre, frentre a la falsa paridad del Congreso que permite acumular a los varones en los puestos de cabeza.

Este paso de gigante hacia el fin del patriarcado, en una pequeña comunidad adyacente, fue el primer peldaño hacia un Govern balear formado hoy por siete mujeres y cuatro hombres.

Y que comete los mismos errores que cuando estaba integrado por once hombres y ninguna mujer, cpomo debe ser.

Sin embargo, cómo se reían de la paridad a la balear cuando se estableció.

Las mayores carcajadas provenían de las políticas del PP, que se han visto tan favorecidas por la medida como las diputadas de izquierda.

Hoy, Ana Botín hace tuits lamentando la sentencia de la manada.

Por eso, y aunque nadie lo reconozca, conviene recordar que todo empezó aquí.