Cuatro municipios quieren restringir el alquiler turístico más allá de la propuesta del Consell de Mallorca
Muro, Sóller, Marratxí y Llucmajor plantean al Consell una zonificación más restrictiva
Cadena SER
PALMA
Muro, Sóller, Marratxí y Llucmajor han sido los únicos cuatro municipios de Mallorca que le han propuesto al Consell una zonificación más restrictiva para prohibir el alquiler turístico en pisos. El Consell está estudiando ahora todas las alegaciones recibidas y confía en poder tener listo el documento definitivo en junio.
En total se han presentado 43 alegaciones, 25 de ayuntamientos. De estos, sólo 4, han ido más allá y le han pedido al Consell que la normativa sea más restrictiva.
Llucmajor va a prohibir el alquiler vacacional en todos los pisos de la zona del Arenal. “Se trata de garantizar la conviovencia de todos los vecinos”, dice el regidor de Urbanismo, Jaume Tomàs. Explica también que “todo aquel que quiera seguir alojándose en ese punto lo puede hacer en la oferta hotelera”.
En Muro se prohibirá el alquiler vacacional en todos los pisos. Su alcalde, Martí Fornés, explica que el principal motivo es que ven complicado que en un mismo edificio “puedan compatibilizarse diferentes usos entre aquellos pisos que se alquilen a turistas y los que no”. Señala que la prohibición “apenas tendrá incidencia ya que la gran mayoría de casas del municipios son unifamiliares”.
Por su parte Marratxí no quiere pisos turísticos en sus núcleos urbanos más de 60 días al año y Sóller quiere que Santa Catalina, la zona antigua del Puerto, también tenga la consideración de núcleo saturado y por tanto no se permita ningún piso vacacional, según el regidor de Urbanismo de Sóller, Jaume Mateu.
El Consell de Mallorca estudia ya las propuestas e informes para ir respondiendo a las peticiones. Las hay que le piden al departamento de Urbanismo dirigido por Mercedes Garrido que sean más permisivos y modifiquen de una manera más flexible las zonas en las que se permitirá el alquiler vacacional.
Una vez que termine este trabajo, el Consell enviará su propuesta a la Comisión Balear de Medio ambiente que deberá emitir un informe. Después de este trámite, el documento definitivo deberá ser aprobado en el pleno.
