Volviendo a la Reconquista
La Firma de Manuel Acero
"Volviendo a la Reconquista", la Firma de Manuel Acero
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Palencia
Hace unas semanas hablaba en este mismo espacio sobre lo despistados que andamos todos sobre las medidas que se pueden adoptar para luchar contra la despoblación en el medio rural. A cada poco se suceden cataratas de medidas y propuestas, sin duda bienintencionadas, pero que no son muy originales y la verdad es que tienen pocos visos de que vayan a resultar efectivas.
Como es un tema realmente grave no han ningún político, o aspirante a serlo, que no quiera pronunciarse sobre el asunto cada vez con más frecuencia y entre propuestas y ocurrencias hay una que últimamente escucho a menudo a modo de mantra y que se puede resumir en la necesidad de aplicar ventajas o hasta exenciones fiscales para los habitantes del medio rural y así animarles a quedarse a vivir en los pueblos.
Ciertamente todo lo que suene a ventajas fiscales es bien recibido y se digiere casi sin masticar por lo que resulta difícil estar en contra o cuestionarlo y esto es aprovechado por los que lo proponen como remedio para frenar el mal de la pérdida de población.
Sin embargo creo que con ese tipo de medidas fiscales se puede conseguir muy poco. No conozco ninguna experiencia en la que la aplicación de este tipo de exenciones haya conseguido asentar o atraer a nuevos pobladores, sencillamente porque son incapaces de cambiar los comportamientos de las personas, ni sus sentimientos de arraigo o desarraigo, y si alguien se beneficia de ellas es porque, en cualquier caso, ya había decidido instalarse allí.
Para que la gente se decida vivir en los pueblos, o para que no se vayan los que aun están, lo que tenemos que conseguir es mejorar la vida que allí tienen y escuchar lo que demandan: acceso a las nuevas tecnologías, servicios sanitarios, educativos, comunicaciones etc. En definitiva mejorar los servicios públicos para que tengan una calidad de vida que anime a quedarse y disfrutar además de otras muchas ventajas con las que no se cuenta en las ciudades.
Si se insiste en una discriminación fiscal para hacer atractivo el medio rural corremos el riesgo de venderlo como un saldo y en cierto modo degradarlo y probablemente tengan el mismo efecto que otras propuestas con buenas dosis de demagogia como el cheque bebé, ayudas a la natalidad, vivienda para jóvenes... que no consiguieron ni de lejos los objetivos para las que fueron creadas pero que nos costaron unos cuantos millones de euros.
Desgraciadamente estas ideas las llevo oyendo desde hace tiempo y no me extrañaría que se plasmaran en algún programa electoral de las próximas elecciones autonómicas o municipales que se avecinan. A veces pienso que algunos se han quedado en los tiempos de la Reconquista cuando los reyes y los nobles no dudaban en tratar de convencer a los plebeyos de que repoblaran las tierras castellanas de esta parte del Duero y para ello les eximían de pagar impuestos a cambio de que se asentaran y trabajaran la tierra.
En aquella época debió de funcionar pero hoy en día lo dudo mucho.