ETA no estaba tan lejos

Las Palmas de Gran Canaria

Esta semana ETA anunciaba su disolución. Una noticia esperada para muchos pero insuficiente para otros. La amenaza de la banda terrorista se extendió por toda la geografía española. Sus zarpazos también se dejaron sentir en Canarias.

ETA sembró el terror durante cinco décadas y aunque nos pareciera que estaba tan lejos aquellos asesinatos, el dolor nos pilló muy de cerca. Segó la vida de nueve canarios, la mayoría guardias civiles destinados en la península que cayeron víctimas de la barbarie en los años de plomo.

En aquellos oscuros tiempos nos sobresaltábamos con atentados en distintas ciudades. Los objetivos eran las fuerzas de seguridad, políticos, periodistas y también civiles. Muchos ciudadanos cuyas vidas quedaron truncadas para siempre. El trauma que generó cada uno de esos golpes provocó en la sociedad el horror, el miedo, el desgarro, el dolor....hasta que ocurrió la brutal ejecución de Miguel Angel Blanco. Recuerdo que todos salimos a la calle. También aquí en Canarias con marchas de repulsa que fueron multitudinarias, nunca vistas hasta entonces.

Muchos canarios que estudiábamos fuera o trabajaban en Madrid, Bilbao, Barcelona y otras urbes que fueron objeto de atentados, temimos porque el azar de una explosión nos arruinara la vida o directamenta nos la quitara. Recuerdo de estudiante en Madrid como un día de lluvia retumbó la pensión donde me alojaba, pensé que era un trueno y resultó ser la explosión de tres coches bomba. Murió una mujer y dejó dos heridos. Peor aún fue cuando en 1988 escuché la explosión de otro coche bomba que mató a un hombre, su mujer embarazada y a su hijo de sólo tres años frente a la sede de la dirección general de la Guardia Civil. Esa vez sí supe que se trataba de un atentado.

El fin de ETA era un clamor y ahora se diluye la organización terrorista, sin rencor pero sin olvidar lo que sucedió, sin olvidar a sus víctimas.