Pues Cursach no era tan listo
A Cursach le ha confundido el poderío de reunir en minutos un millón de euros de fianza

"La línea roja" con Matías Vallés (09/05/18)
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
PALMA
En unas islas configuradas por los contrabandistas, no conviene exaltarse en la denuncia de sus dignos herederos.
De ahí que fuera compatible la cárcel para Tolo Cursach con los casi diez mil socios de Megasport, sin duda la institución de pago de mayor tamaño de la comunidad.
La cárcel arruina irreversiblemente a un político, pero puede ser un avatar más para un financiero, según demuestra aquí mismo la singular leyenda de Juan March.
Sin relativizar ni uno solo de sus presuntos crímenes, se podía condenar en sociedad a Cursach reconociendo al mismo tiempo que “es un tipo muy listo”.
A cuántas personas, quizás incluso a ustedes, habré alabado la astucia de consumado jugador de póker del magnate de la noche.
Todo lo cual queda anulado ante su absurdo comportamiento frente a Cort por el Megasport.
La rabieta del abrupto cierre es indigna de un zorro que medía cautelosamente sus pasos.
Todavía resulta más ridícula la marcha atrás de anunciar la reapertura del gimnasio tras adaptarse a las ordenanzas municipales, al contemplar que estaba regalando una distinguiuda clientela que no iba a acompañarle hacia el abismo.
A Cursach le ha confundido el poderío de reunir en minutos un millón de euros de fianza.
O la costumbre de que la realidad se amoldara a sus planes.
Pues Cursach no era tan listo, si no ha entendido lo que le ocurre.




