Inmovilizados 2.000 kilos de carne caducada en una distribuidora de Calviá
La Policía Nacional constata abusos contra una veintena de trabajadores que llegaban a trabajar 84 horas semanales
Palma de Mallorca
2000 kilos de carne caducada, etiquetaje trucado, horarios leoninos de hasta 84 horas semanales y despidos por coger la baja por accidente. Son algunas de las prácticas llevaba a cabo una distribuidora cárnica con sede en el polígono de Son Bugadelles de Calviá y por las que han sido detenidas cuatro personas de la misma familia que han sido puestas en libertad con cargos tras declarar en la comisaría. La Policía Nacional ha hecho balance de esta operación que ha desarrollado conjuntamente con la inspección del Servicio de Seguridad Alimentaria de la Conselleria de Salud.
El inspector que ha dirigido el operativo, Gonzalo Calleja, explica que la investigación arrancó en el mes de enero después de la denuncia de un trabajador por abusos laborales. El empleado también detalló prácticas poco higiénicas a la hora de manipular los productos. Se inició entonces una investigación para localizar a empleados en activo y extrabajadores de la empresa.
Una veintena de ellos relataron las prácticas a las que estaban sometidos. Iban desde sueldos ínfimos por horarios de hasta 84 horas semanales a despidos durante una baja por accidente. Calleja afirma que los propietarios se aprovechaban de las cargas familiares e hipotecarias de los empleados, muchos de ellos inmigrantes, y no les permitían coger vacaciones, les despedían si estaban de baja y les pagaban cantidades irrisorias de entre 1.000 y 1.200 euros.
El inspector señala que los testimonios de los trabajadores dejaban entrever deficiencias higiénicas a la hora de tratar los productos cárnicos, por lo que se pusieron en contacto con la Conselleria de Salud para advertirles. La inspección del Govern ya había realizado cinco visitas a la nave industrial, en las que habían registrado las infracciones.
Carne caducada
La empresa elaboraba y distribuía productos como carne despiezada o de hamburguesa sin autorización; contaba con una gran cantidad de género caducado congelado o sin ningún tipo de etiqueta y tenía con material con falso etiquetado. Además, los empresarios obligaban a los empleados a utilizar coches no homologados para transportar el género. Calleja afirma que la inspección impuso medidas cautelares a la empresa, como la destrucción de la carne caducada, la retirada de la máquina de vacío, de la etiquetadora y la prohibición de determinadas actividades.
La Policía acordó entonces una actuación conjunta con la inspección de Sanidad que llegó el pasado martes. Los agentes se incautaron de parte de los 2.000 kilos de carne que la empresa tenía la obligación de destruir y que estaba escondida en una nevera, ya que buena parte de la carne era del año 2016. También se detectaron seis vehículos de transporte con la ITV caducada.
La Policía investiga si la distribuidora había estafado a los clientes y las empresas de restauración al vender los productos como si fueran de alta calidad cuando en realidad lo eran de baja. Los detenidos están acusados de delitos contra los derechos de los trabajadores, contra la salud pública, estafa y falsedad documental.