Manix el salvador

PALMA

Desde el primer minuto de su llegada a la isla, Manix Mandiola se ha hecho con el cariño de la afición balearica.

A sus 60 años y con una gran trayectoria en el fútbol vasco, el eibarrés, que tiene un mensaje muy claro, cambió el equipo de arriba a abajo con la simple premisa de hacer un futbol práctico.

Se acabó lo de cambiar de portero cada dos partidos, jugar los que mejor estaban y sin imposiciones, el Atlético Baleares fue recuperando los puntos perdidos con los dos entrenadores anteriores, que permítanme que les diga, tenían un perfil más bajo y ninguna experiencia como primeros entrenadores de los banquillos de Segunda B.

Al técnico vasco le dejaron trabajar con tranquilidad, algo que necesitaba este equipo que tenía mejores jugadores de lo que reflejaban los marcadores. El vestuario era un polvorín. La recuperación de Xisco Hernández y darle las riendas del equipo para que se sintiese importante fueron claves para que la plantilla se transformara.

Finaliza la temporada y objetivo cumplido. Si habrá continuidad o no dependerá de muchas cosas, pero el vasco es un hombre que no se deja meter mano, que quiere decidir y opinar en las decisiones que se tome en el primer equipo y eso puede chocar con un director deportivo, quien ha querido controlarlo todo y que ha provocado que este equipo mallorquín, hecho para estar mínimo en la zona media de clasificación, haya esperado a la última jornada para salvarse. Si quieren que esto funcione, Patrick Messow debe dar un paso atrás y dejar a Manix que agarre el mando.