Así es la vida en un convento de clausura

Esta pasada semana el Vaticano ha hecho pública la instrucción ´Cor orans` sobre la vida de las monjas de clausura. El Papa Francisco autoriza a las religiosas el uso de las redes sociales y los medios de comunicación pero con prudencia. La SER se mete en uno de los conventos de Toledo donde las monjas de clausura resisten a la crisis de las vocaciones. Se trata del Convento de San Clemente: la cuna del mazapán. Cánticos, rezos, y las campanadas que sirven para llamar a las monjas. Cinco y repiquete para que acuda la madre superiora; María Jesús. Nos recibe a las puertas de este impresionante edificio, donde parece que el tiempo se para. En este convento de clausura son unas privilegiadas porque hay 16 hermanas (en la mayor parte de los conventos quedan muchas menos). María Jesús es de Palencia y llegó de joven al convento juntoa su hermana Pilar. La vida del convento es muy tranquila. Se levantan a las cinco de la mañana para rezar. Y después hacen mazapán para venderlo en la tienda. Es la forma con la que se ganan la vida, como dice su lema «ora et labora». También ven la tele y escuchan la radio pero siempre cosas relacionadas con la religión. María Jesús confía en que la vida en este convento resista. Nos cuenta que las vocaciones siguen llegando gracias a países como El Salvador y Guatemala. Ella no se imagina haciendo otra cosa. « Esto es mi vida», nos dice. AUDIO| Escucha la visita de la SER al convento de San Clemente