El Córdoba solventa otra final por la permanencia (2-0)

Córdoba

El Córdoba sigue en la pelea por la salvación a costa de un Almería, al que comprometió seriamente en la tabla con la victoria por dos a cero. Un triunfo cordobesista justo pero tremendamente sufrido en los últimos minutos con el rival volcado, hasta que llegó el tanto de Araujo en la última jugada. El Arcángel se engalanó como nunca y vibró con más de 20.000 gargantas que no dejaron de animar ante un rival que solo quiso ganar cuando se vio por detrás en el marcador.

El Córdoba dominó la primera parte y fruto de ello se marchó al descanso ganando con justicia merced a un gol de Guardiola. Los de Sandoval salieron más metidos en el partido y muy pronto comenzaron a llegar las ocasiones, algunas muy claras, en los pies de Edu Ramos, Aguza, Aguado y Reyes. Fueron avisos serios hasta que a los 24 minutos Guardiola aprovechó su primera llegada clara para adelantar a su equipo.

El Almería salió dando la impresión de que un empate les podría servir y solo reaccionó cuando se vio por detrás en el marcador. Tino Costa tuvo el empate pero resolvió muy mal un remate de cabeza cuando se encontraba solo delante del portero local.

Los almerienses salieron dueños del balón en la segunda parte y poco a poco fueron encerrando en su campo al cuadro local.

Fruto de ese domino llegaron algunas ocasiones e incluso un gol anulado a Juan Muñoz por fuera de juego.

Enfrente, el Córdoba no se arrugó y estuvo a punto de marcar con un disparo de Aguza que despejó de forma espectacular René.

Los últimos minutos los jugó el Almería con un jugador menos por la absurda y justa expulsión de Sulayman.

Los últimos minutos provocaron que el choque se abriera totalmente con el Almería, sin nada que perder, volcado sobre la portería de un Córdoba nervioso y asustado de perder la renta que tenía. En realidad, el equipo visitante no gozó de ninguna ocasión real y en la última jugada del partido, Araujo en una contra se plantó solo ante René para sentenciar el partido.

El Córdoba sigue soñando con el milagro. Y lo sigue haciendo por méritos propios. Ahora queda rematar. En Reus, otra final. Solo vale ganar.