Los críticos de Podemos preparan su salida

Pamplona

La mayoría del actual grupo parlamentario de Podemos, ocupada por los afines a la anterior secretaria general, Laura Pérez, sigue estudiando el cambio de nombre del grupo que finalmente no materializaron el pasado viernes 25 de mayo ya que la reunión programada de sus 7 miembros no se pudo celebrar por varios desencuentros de agenda, entre ellos la enfermedad del actual portavoz, Carlos Couso. No ha sido él, ni tampoco la portavoz adjunta, Fanny Carrillo, quien acudía a la reunión de la Mesa y Junta de Portavoces del Parlamento, sino la ex secretaria general, Laura Pérez, expulsada desde principio de mayo del partido. Pérez relata que la decisión del cambio de nombre del grupo posiblemente se trate en la reunión de coordinación que mantienen los 7 miembros cada lunes. Dos de ellos ya no pertenecen a Podemos-Pérez expulsada y Rubén Velasco por decisión propia- y otros dos se encuentran fuera de la disciplina del partido.

De momento se desconoce cuál será el nombre por el que la mayoría del actual grupo parlamentario sustituirá el de Podemos-Ahal Dugu, pero, preguntada por si este cambio de nombre puede ser la antesala de una nueva plataforma electoral, Laura Pérez señala que "siempre" ha dicho que es "muy importante mantener unido ese espacio que ocupó Podemos". La utilización del tiempo pasado deja claro que ella da por liquidado ese proyecto y anuncia que contribuirá a que "ese espacio no se divida".

Los 4 parlamentarios que controlan el grupo en un caso que el secretario general de Podemos, Eduardo Santos, definió en la SER como de "transfuguismo interno" han consultado con los servicios jurídicos del Parlamento la posibilidad del cambio de nombre y prevén que , como ocurrió en el cambio de portavocía de Mikel Buil por Carlos Couso, será suficiente con un acuerdo de la mayoría del grupo. Sin embargo, fuentes de la dirección del partido consultadas por la SER mantienen que ha de ser un acuerdo unánime.

El cambio de nombre del grupo obligaría a pronunciarse a los 3 que se mantienen en la disciplina del partido sobre si quieren seguir en un grupo sin el nombre de Podemos o pasar a no adscritos. En ese caso Ainhoa Aznárez perdería la presidencia del Parlamento. Por ello, Aznárez se vería en una complicada tesitura que no afectaría sólo a ella. El artículo 39 del reglamento del Parlamento marca que una de las situaciones para la pérdida del puesto en la Mesa de la cámara es dejar de pertenecer al grupo parlamentario en el fue eleigida. De optar por salir del grupo que ya no se llame Podemos, pasaría directamente a ser no adscrita, tanto ella como Mikel Buil y Tere Sáez.

Esa circunstancia obligaría a elegir una nueva presidencia para el Parlamento para lo que queda de legislatura y también tendría consecuencias en las mayorías. Aunque para las votaciones en pleno se mantendría la representación actual de 26 escaños para la mayoría que apoya a Barkos, los no adscritos no forman parte de la Junta de Portavoces, por lo que el cuatripartito estaría en minoría, 23 votos ponderados frente a 24, en ese órgano que ordena aspectos internos y aprueba declaraciones.