‘Todo por la Patria’
Para empezar tengo que decir que yo soy “hijo del cuerpo”, y es algo de lo que me siento tremendamente orgulloso
Firma Eloy Soler, "Todo por la patria"
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Algeciras
Para empezar tengo que decir que yo soy “hijo del cuerpo”, y es algo de lo que me siento tremendamente orgulloso. No han sido pocas las veces en las que mi padre reprendiéndome me ha dicho que el cuerpo que tengo -más voluminoso de lo que a mi me gustaría-, es gracias a la Guardia Civil.
Es cierto que el karma es muy sabio, y si bien mi padre se ha pasado toda la vida deteniendo a los “malos”, tiene que ver como ahora sus hijos los defienden.
También recuerdo como cada vez que enfilaba la entrada a la casa cuartel donde pasé los mejores años de mi vida, que son los de la infancia, no podía dejar de pasar la oportunidad de leer aquella frase que coronaba la fachada de ésta, y por la que muchos de los compañeros de mi padre dieron su vida “TODO POR LA PATRIA”. Junto a esta frase no se me olvida tampoco el lema del guardia civil: “El Honor es mi Divisa”.
Creí superado ya aquellos años en los que según la ciudad en la que residiéramos no podía decir la profesión de mi padre porque había gente mala, y en las que mi acento me originaba problemas a la hora de relacionarme con el resto de niños que no fueran los de la casa cuartel.
Pero, a todo uno se acostumbra, mis hermanos y yo veíamos normal que mi padre todas las mañana antes de llevarnos al colegio, siempre bajara el primero y se tirara al suelo para mirar los bajos de nuestro coche y tras tenerlo unos minutos arrancado tocara el claxon para que subiéramos al mismo.
Tiempos en los que la ropa de papá había que tenderla dentro de casa para que nadie supiera cual era su trabajo, difícil hacer entender a un niño que aquél al que admiras otros lo odiaban sin conocerlo.
Pensaba que con el paso de los años, todo estas experiencias ningún hijo de Guardia Civil, tendría que volver a vivirlas, ni ser discriminado por el hecho de serlo, pero por desgracia me equivoqué, como ejemplos tenemos Alsasua (Navarra), Cataluña y lo que más siento y me duele el Campo de Gibraltar, un destino al que añorábamos retornar cuando más nos sentíamos atacados e incomprendidos.
Muchos de los que en su día fueron mis compañeros de juegos, hoy son padres de familia y honrados Guardias Civiles a los que su condición les hace de nuevo estar señalados, vuelta a tender uniformes dentro de casa, evitar conducir los coches particulares vestidos de guardias, porque quien sabe si a la mañana siguiente te lo encuentras con las cuatro ruedas rajadas en el mejor de los casos o calcinado por generación espontánea. Negar tu profesión ante la intimidante pregunta de aquellos que quieren hacerte daño sin temor alguno a las consecuencias.
En definitiva nos encontramos en un contexto de profunda hostilidad frente a la Autoridad y a quienes la representan, deseo y confío que las medidas que se están tomando por aquellos que nos gobiernan, surtan el efecto esperado y volvamos a la normalidad, donde pasemos de asustar a un niño de que si hace algo malo llamamos a la policía, a indicarle que es a un policía o a un guardia civil a quien tienen que pedir ayuda si le ocurre algo.
Un saludo, me despido con un grito bien alto de ¡VIVA LA GUARDIA CIVIL!