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La luz eléctrica en Salamanca comienza en las ruinas del "Botánico"

Eladio Sanz García publica la biografía de Carlos Luna, pionero de la electricidad en la ciudad

USAL

Salamanca

Parte de las ruinas del Botánico, antiguas pistas deportivas de la Universidad de Salamanca, son de la Fábrica de la Luz que Carlos Luna Beovide construyó para que Salamanca se incorporase a la modernidad con luz eléctrica. De su biografía, escrita por el profesor Eladio Sanz García, y recién presentada por Ediciones Universidad de Salamanca leemos: “Carlos Luna fue el artífice de una renovación tecnológica dentro de la ciudad como empresario y como propietario. Fue el introductor de la energía eléctrica, el importador de los primeros equipos de Rayos X, el renovador de las actividades de producción de curtidos, el pionero de la adquisición de los primeros automóviles con motor de explosión y el gerente activo de un patrimonio familiar agrícola muy extenso, sobre todo en la provincia de Salamanca”.

Fue desde luego, un personaje notable en Salamanca. La Salamanca a caballo del siglo XIX – XX. En concreto Carlos Luna vive entre 1852 y 1916 y viaja mucho. Protagoniza un misterioso viaje a México. En esos viajes descubre las fábricas de luz, que superan en todo a las máquinas portátiles de energía eléctrica que Luna conocía, y entiende que una de esas fábricas era posible en Salamanca. En 1887 ya tenía clara esta idea e incluso su primera sede: la casa de su mujer, cerca de la Plaza Mayor. Así crea la empresa “La Electricista Salmantina”. Lucha, entonces, contra problemas personales y familiares, pero también la incomprensión hacia el negocio. Y eso que además de la eléctrica se propone abrir nuevas empresas.

La luz llega a Salamanca en 1889 después de algunos intentos anteriores y por el empeño del alcalde, Wenceslao Muñoz, y del propio Carlos Luna. Naturalmente, la primera receptora de la luz es la Plaza Mayor de Salamanca. Y se pone una fecha: 25 de febrero de 1889. Una luz cuya energía nacía de una central ubicada en la casa familiar del Campo de San Francisco, cerca del convento de los Capuchinos.

Más adelante, la demanda de luz de la ciudad hace necesaria la fusión de empresas. La Electricista Salmantina de Carlos Luna , la Sociedad Anónima La Unión Salmantina, a cuyo frente estaba el banquero Matías Blanco Cobaleda, y la Sociedad Hispano Portuguesa de Transportes Eléctricos Saltos del Duero, con domicilio en Bilbao, crean la famosa “Electra de Salamanca”. La aportación de la Electricista Salmantina es la fábrica de luz situada en el Barrio de los Caídos, que se valora en los años treinta en un millón seiscientas mil pesetas. A esta corresponden esos restos del Botánico, perfectamente documentados por arqueólogos y fotografías de la época.

Todo esto, y mucho más, aparece en el documentado libro del profesor Eladio Sanz García: “Y la luz se hizo en Salamanca: Carlos Luna Beovide”, editado por Ediciones Universidad de Salamanca y recién presentado en el Casino de Salamanca. Un libro que nos relata la vida de este emprendedor y la llegada de la luz a Salamanca.

Hay otras referencias literarias a aquella fábrica de la luz. Por ejemplo, en la obra de José de Juanes, “Los Milagros y sus gentes”, que relata la vida de aquellos barrios de los Caídos y los Milagros, más o menos lo que fue Barrio Chino, se cuenta que aquella fábrica de luz ocasionó numerosas molestias nocturnas a los vecinos “con los golpes acompasados del motor de la luz en marcha, sin descanso…pun pún, pun pún, pun pún,,,como sístole y diástole de un corazón sonoro que no pudiera descansar de noche ni de día”. Por cierto, José de Juanes sitúa el “milagro” de la electricidad en Salamanca el 1 de febrero de 1885.

Y ya puestos, antes de ser pista deportiva y después de fábrica de luz, estuvo la panadería de José Cenizo. Una historia apasionante, con orla universitaria y desarrollada “Bajo el Cielo de Salamanca”.

 

 
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