La lista de Pedro

Santa Cruz de Tenerife
Por si no hubiese tenido bastante con el vértigo de haber pasado en una semana de ser un político casi al ralentí a presidente del Gobierno, parece que a Pedro Sánchez de pronto lo ha tomado todo el mundo por un Rey. O por tres más bien; en concreto, Melchor, Gaspar y Baltasar.
Desde todos los puntos de España, administraciones y colectivos se han adelantado seis meses y se han dedicado a pregonar su particular carta a Sus Majestades de Oriente. Sólo que la dirigen al flamante jefe del Ejecutivo sin darle apenas tiempo a salir de Zarzuela tras prometer el cargo.
La lista de peticiones que le ha entrado a Sánchez anexa al aluvión de enhorabuenas es, encima, endiablada. Porque resulta que la mayor parte de ellas tiene su exigencia contraria. Teniendo en cuenta que las medidas que le reclaman ha de llevarlas a cabo en el mismo país y encima, con las condiciones que tiene en las Cámaras, no es ya que para contentar a todos tuviera que ser un Rey. Es que, efectivamente, además tendría que ser mago. Y del top ten, además. Vamos, que ni un cruce de Dumbledore y Gandalf El Blanco daría avío en esta batalla.
Ya ni hablamos de la otra lista que le estará entrando en privado, más parecida a la de Schlinder: esa en la que todo el mundo quiere estar para salvar su culo o aposentarlo mejor, ustedes me entienden...
Ante tal afán de rogatorias, aparte de tomar aire (y dormir un poco, que probablemente poco haya podido hacerlo estos días) al nuevo presidente del Gobierno no le quede otra que hacerse un poco el longui y ganar tiempo. Después, aplicar el sentido común... y sobre todo, el trazo grueso.




