Una EBAU anacrónica y sin sentido

Antes de nada queremos desear suerte a los 9.700 chicos y chicas de Castilla y León que se las van a ver con una prueba que en cada comunidad autónoma se entiende de una manera.

No tendría mucho sentido que la prueba MIR de los médicos fuera organizada de forma distinta en cada autonomía. Cuesta imaginar que veamos como las comunidades autónomas renuncian a la elaboración de su prueba en beneficio de una EBAU única.

Dado que nadie va a dar su brazo a torcer, y que en cada territorio las cosas se hacen arreglo a criterios particulares, lo que queda es interpretar la prueba propiamente dicha y al hacer esto lo que se puede apreciar es que la prueba de acceso es algo anacrónico y que carece de sentido. Seguir evaluando sólo atendiendo a los contenidos para medir si un estudiante merece ingresar en la universidad resulta ineficaz y debería ser algo ya superado. Ya que la antigua selectividad, luego llamada PAU y ahora conocida como EBAU, se realiza sobre todo para corregir posibles expedientes inflados, se deberían contemplar al menos otros criterios de evaluación más conectados con la realidad del siglo XXI, más orientados a las aptitudes y capacidades y menos al aprendizaje simplemente memorístico.

Se nos llena la boca cuando hablamos de nuevos modelos educativos pero seguimos haciendo uso de los mismos sistemas de evaluación de hace siglos.