La dignidad de Frankenstein

Palencia

Me encuentro con mucha gente que, independientemente del sentido de su voto en las últimas elecciones, dicen respirar ahora un aire plagado de nuevas expectativas. Es verdad, parece que huele a limpio. Tan sólo han pasado 12 días de la moción de censura y aparece un tiempo de imaginación política plagado de decisiones que nos afectan a todos porque todos hemos de llegar a destinos comunes. Esta reciente experiencia vivida nos remite también hacia algún que otro enfoque catastrofista, aquello que conformó un parapeto calamitoso de quienes se sentían desposeídos de sus prebendas en el poder.

El despreciable argumento de que de salir adelante una moción de censura nos enfrentaría a un “Gobierno Frankenstein” se ha caído por su propio peso. El engendro que se vaticinaba, la metáfora de construir un monstruo con no sé qué clase de componentes diversos ha trocado, sin embargo, en una sucesión de feminismo, progresismo y europeísmo que provoca un retazo más de resentimiento a la ahora oposición, que rebautiza lo recién llegado como gobierno de pasarela.

Al final el monstruo no parece que lo sea y se le ha devuelto de nuevo a la ficción, y si se atizaba la idea del miedo lo que se ha suscitado, de momento, es expectación y nuevas perspectivas en vez de hostilidad ciudadana o la vuelta a viejas frustraciones. Baste ver que en el consejo de ministras y ministros ahora se congrega un equipo que transmite buena cualificación, rigor y solvencia… Un gabinete del que podemos decir que destila talante y talentos. Comenzamos un tiempo nada fácil, seguro, pero será un tiempo apasionante. Aunque, bien mirado, hablaremos de lo imposible porque de lo posible sabemos demasiado, porque asumir riesgos es una parte importante de este proceso. Y, no sé ustedes, pero yo prefiero un astronauta en el gobierno que a cuatro ministros cantando el himno de la Legión.

Está visto que la naturaleza de la política es amorfa y lo que queda por delante es algo parecido a una cuadratura del círculo, cierto. Aunque para virguería geométrica la que tendrán que hacer los parlamentarios del Partido Popular (también los de aquí en Palencia) si se empeñan en desdecirse del alto grado de satisfacción que mostraron con los Presupuestos Generales del Estado para este año y, en concreto, con las partidas asignadas para nuestra provincia. Hace tan solo unas semanas nos dijeron que eran buenos en inversión y extraordinariamente buenos para el conjunto de España. Ya veremos a qué grado de contorsionismo político están dispuestos a llegar.