A cal y canto

Robregordo

Pese a que ADIF asegura que el cerramiento de los accesos del túnel de Somosierra cuyo derrumbe interno supuso el cierre de la línea Madrid-Aranda-Burgos hace siete años no supone impedimento alguno para su reapertura, lo cierto es que si en algún momento se decidiera rehabilitar este trayecto, el coste se verá con toda probabilidad incrementado tras las obras de las últimas horas.

El sellado de los accesos a este túnel decidido por ADIF “por motivos de seguridad” ha provocado, según testigos directos, destrozos de importancia en la propia vía que encarecerán los costes de una hipotética reapertura de la línea. Vecinos de la localidad de Robregordo y del entorno del túnel aseguran que varios kilómetros de la plataforma de la vía por la que se ha introducido la maquinaria utilizada han quedado dañados. Añaden que la vía ha sido cortada con una sierra radial mientras el balasto que asienta y sujeta las traviesas ha quedado desparramado por el entorno y mezclado con cemento o tierra.

Por otra parte han expresado también su temor de que las vibraciones afectan al interior del túnel y provoquen un colapso de la bóveda. Y no parecen estar muy de acuerdo con el argumento de ADIF de que el muro levantado pueda eliminarse de forma sencilla en caso necesario. “¿A ver cómo pican el hormigón de 30 centímetros?” se preguntan.

La actuación de ADIF parece venir motivada por la grabación y difusión de un vídeo por parte de un grupo de blogueros que se dedican a rastrear infraestructuras abandonadas, vídeo que se hizo viral en plataformas digitales durante las semanas pasadas. Evitar problemas de seguridad y que en el interior del túnel se introduzcan personas no autorizadas es el argumento del administrador de infraestructuras ferroviarias para llevar a cabo esta actuación de sellado de los accesos del túnel.