Un municipio para integrar la conservación y el desarrollo
La Firma de Doroteo González
"Un municipio para integrar la conservación y el desarrollo", la Firma de Doroteo González
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Palencia
Hace unos años en Asturias alguien me comentó que había visto un reportaje sobre las manadas de bisontes en España y, dado mi origen palentino, le había hecho detenerse especialmente sobre qué se contaba sobre la recua de estos cíbolos en el municipio de San Cebrián de Mudá. La verdad es que no perdí tiempo para localizar esa crónica y satisfacer mi curiosidad porque, si bien tenía referencia de ello, desconocía el detalle de este impulso por recuperar el bisonte europeo.
Lo cierto es que iniciativas como ésta tienen tanto de ingenio como de coraje. Ingenio, porque además de la vistosidad de esta especie de mamíferos rumiantes, su vida en semilibertad resulta ser muy buena gestora de bosques además de ser una de las grandes aliadas en la prevención de incendios, avales necesarios para preservar el ecosistema. Pero hace falta tener también coraje para ser pioneros en algo que seguro a muchos es pudo parecer un atrevimiento con pocas trazas de ser viable. Sin embargo hubo alguien que con cordura se empeñó en no conformarse con una situación que se presentaba sobrevenida del fenómeno de la despoblación y que ponía en serio riesgo la extinción de un municipio de la misma forma que parecía asumido el ocaso del bisonte europeo.
Así que no queda otra que reconocer esta experiencia innovadora como el origen de un auténtico fenómeno neorural por excelencia. Es más, quizás ahí es donde se encuentra la piedra filosofal de nuestro tiempo, eso que hemos dado en llamar INNOVACIÓN. La innovación marca la evolución humana. En numerosos ámbitos de la vida se habla de innovación como la solución para superar situaciones más o menos críticas que afectan al desarrollo o al progreso. Eso sí, siempre que asumamos como factor determinante la paciencia, sabia y valiosa compañera para tal empeño.
Creo que en San Cebrián de Mudá se concentran todos estos aspectos. Así que, además de reconocimiento, hay que aprender de esta aventura innovadora y esperanzadora con sede a un centenar de kilómetros de la capital palentina.
Hay que felicitar a este municipio y a quienes a diario están comprometidos con esta causa. Admitir que los sancebrianenses han interiorizado a las mil maravillas aquello de que los sueños pueden hacerse realidad siempre que se tenga el coraje de perseguirlos.