Un azulejo recordará al capataz Miguel Loreto en la calle Parras

Sevilla

Por iniciativa del colectivo de costaleros de la Hermandad de La Macarena, un azulejo va a recordar en plena calle Parras al histórico capataz Miguel Loreto Bejarano, fallecido en agosto del pasado año y que durante más de tres décadas -33 años en concreto- estuvo al frente del paso de misterio del Señor de la Sentencia.

Ampliar

Cerrar

El acto de bendición e inauguración de dicho azulejo, que estará colocado -sobre estas líneas- a la altura del número 31 de la citada calle Parras, junto a la antigua Tertulia de Costaleros Macarenos que durante muchos años regentó el propio Miguel Loreto, tendrá lugar este viernes, día 22 de junio, al término de la eucaristía que a las 20:30 horas se celebrará en la Basílica. En el mismo intervendrán, entre otros, el hermano mayor de La Macarena, José Antonio Fernández Cabrero, o el rector de la Basílica y director espiritual de la corporación, Antonio J. Mellet Márquez.

Desde que se retiró del martillo en el año 2011, muchos fueron los homenajes que recibió en vida Miguel Loreto, el último de ellos en la mañana del Domingo de Resurrección del año 2017, día 16 de abril, cuando discurriendo el paso del Señor Resucitado por la calle Sierpes su capataz, Javier Prieto, invitó a Loreto a hacer una "llamá", su última "llamá", emotivo momento que recogió en el vídeo que pueden ver junto a estas líneas Rafael Silva 'Fali Lobo', costalero muchos años a las órdenes de Miguel Loreto bajo las trabajaderas del Señor de la Sentencia.

Aquel instante se rememoró en la pasada Semana Santa con una ofrenda floral a los dos pasos de la Hermandad de la Resurrección en la misma calle Sierpes y cristaliza ahora con la colocación de este azulejo costeado con las aportaciones de los costaleros macarenos e incontables amigos de Miguel Loreto Bejarano, destinándose lo sobrante a la Asitencia Social de La Macarena a nombre del homenajeado, como si de una aportación suya se tratara.

Durante 33 años, Miguel Loreto fue capataz del paso de misterio de la cofradía de San Gil, al que dotó de un sello característico hasta el punto de que el gran público cofrade dejó de llamarlo el paso de Pilatos para referirse a él como el paso del Señor de la Sentencia. Antes de ser capataz, Loreto también salió de nazareno, armao y, solo un año, como costalero para debutar en el martillo en 1978 al lado de Alejandro Ollero. Así hasta 2011 en que se retiró con una última "llamá" a su paso al año siguiente -a causa de la lluvia- que le valió para llevarse el Premio Demófilo de la Semana Santa de aquel 2012 que concede la Fundación Machado a una obra de arte efímera.