Sociedad

Que el fuego se lleve lo malo

Aranda celebra la noche de San Juan con hogueras, verbena y fiesta flamenca y sin incidentes de gravedad

Muchos jóvenes, niños y niñas con sus familias disfrutaron de las hogueras de San Juan en los barrios La Estación y Polígono Residencial de Aranda / Cadena SER

Aranda de Duero

“¿A qué hora es la hoguera?” Era la pregunta más repetida en la tarde de ayer en los barrios de la zona sur de Aranda, donde se mantiene desde hace décadas la tradición de encender el fuego purificador que se asocia a las celebraciones de la noche de San Juan, la más corta, dicen, y por ello se supone que también la más intensa. Las asociaciones de vecinos de los barrios de La Estación y del Polígono Residencial pusieron su granito de arena para que así fuera. Ambas volvieron a organizar la tradicional hoguera, sobre la que saltaron mozos y mozas sin miedo (o con él) en innumerables cabriolas, impulsados por la carrerilla o con la chulería de acercarse casi andando hasta las llamas y elevarse de un brinco casi en el último momento para sortear los mordiscos de las llamas, que alguna suela de zapatilla sí dejaron malherida.

Todo ello bajo la atenta mirada de los voluntarios de Protección Civil que, amén de vigilar que no se desmandase el fuego, controlaban también que los saltos fueran en la dirección que debían, para que los y las valientes no cayeran sobre el divertido público que rodeaba la hoguera, compuesto casi de forma mayoritaria por familias con niños y niñas de todas las edades. De hecho los más pequeños miraban con envidia a los que ya tienen edades con dos cifras. Una circunstancia que no pasó inadvertida para los vigilantes del fuego que trataron de hacer posible, con éxito, la ilusión infantil. Los voluntarios de Protección Civil consiguieron apartar una pequeña hoguerita, apenas más que unas brasas incandescentes, para que los más pequeños pudieran pasar sobre unas llamas de su tamaño.

Entre salto y salto algún estudiante aprovechaba para ver convertidos en cenizas apuntes o trabajos escolares ya superados tras finalizar el curso, mientras que adultos y niños se acercaban al fuego para arrojar en él papeles doblados incluso algún pequeño objeto, en la creencia de que el fuego purifica lo que está enviciado y elimina por completo lo que queremos alejar.

No faltaron, por gentileza de las asociaciones vecinales ni la música tradicional de la dulzaina y el tamboril ni el rico chocolate con bizcochos sin los que las hogueras de San Juan estarían incompletas.

Mientras esto ocurría en los barrios del sur de la localidad, en el centro se celebraba la tradicional verbena de San Juan con la ya mítica orquesta Odessa, que no falta a su cita con esta celebración desde hace décadas. Y este año se añadía una cita más, promovida por la Peña Flamenca Piñana: en la Plaza del Rollo celebraba un espectáculo de Danza con Fuego. Enmarcados por las llamas de las velas actuaron el grupo Son de Lunares y el cantaor Enrique Lozano EL PESCAO. Las propuestas de DJ TERRIBLE remataron la velada.

Desde la Policía Local indican que no hubo que reseñar incidentes de gravedad en esta noche, que siempre está marcada de forma especial en el calendario de eventos para reforzar la vigilancia por el riesgo de que la fiesta se vaya de las manos. Aunque reconocen que hubo algún gamberro dispuesto a hacer de las suyas, al parecer fue localizado e identificado por los agentes de la Policía Municipal.

 
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