Economia y negocios

Villa se defiende con coherencia en el juzgado y asegura no creerse lo que está viviendo

El ex sindicalista trata de justificar todos los gastos irregulares de los que le acusa el SOMA y niega que dispusiera de una tarjeta de uso personal

Villa ha estado asistido en todo momento por su mujer, María Jesús Iglesias (a la izquierda en la foto). / Ángel Fabián

Oviedo

José Ángel Fernández Villa ha prestado declaración este jueves en el juicio por la demanda del SOMA por presunta apropiación indebida de 430.000 euros. La magistrada de la Sección Tercera de la Audiencia, María Luisa Barrio, ha desestimado todas las alegaciones de la Defensa del exsindicalista, para la suspensión del juicio por incapacidad mental del acusado. Resueltas esas cuestiones previas, Villa tuvo algún momento de dispersión, pero respondió a todo con coherencia y con absoluta fidelidad a su anterior declaración ante la juez instructora. Tras afirmar que no comprende porqué está en el banquillo, aseguró que toda la gestión administrativa y económica era dirigida por Juan Cigales, que todos los gastos los cobraba en efectivo con la presentación de la factura y que no había una tarjeta de uso personal con cargo al sindicato, sino que era usada por distintos miembros de la Ejecutiva en función de las necesidades de representación.

Con voz débil y algunas dificultades de audición o de vista a la hora de reconocer algunos documentos, pero con coherencia en el relato y buena memoria, respondió únicamente a las preguntas de su abogada, Ana Boto, llegando a afirmar "no doy crédito a lo que estoy viviendo". Antes de realizar un receso, declaró sin pausa durante casi una hora. Resaltó su dedicación al trabajo sindical y señaló repetidamente a  Cigales como responsable de la administración de los fondos del sindicato y de abonar los gastos de representación.

Hubo momentos en los que se mostró tajante, incluso enérgico, como cuando respondió con un lacónico “jamás” a la pregunta de si alguna vez alguien había impugnado las cuentas del SOMA. Explicó de forma pormenorizada algunos de los gastos que le atribuye la dirección del sindicato. Los puros: era una forma de corresponder a atenciones de otras personas. Las flores: eran una muestra de solidaridad y apoyo a las familias mineras que habían sufrido una pérdida. Los perfumes: se compraban por razones de higiene-

Se ratificó en la declaración realizada durante la Instrucción, si bien dijo no recordar nada de ella. Sin embargo, su relato de esta mañana se ajustó en todo momento al contenido de aquella declaración.

Después de Villa fue el turno de Pedro Castillejo, el ex gerente del INFIDE, al que se acusa de apropiarse de 140.000 euros del sindicato, fundamentalmente a través de gastos indebidamente justificados o el cobro de dietas duplicadas. A preguntas de la Fiscalía, Castillejo ha asegurado que todos los gastos, por ejemplo en las cuantiosas comidas que han trascendido durante la fase de instrucción, estaban correctamente justificadas. Si pagaba con  la tarjeta del sindicato pasaba la factura, y si lo hacía en metálico cobraba la dieta. Dice que en ocasiones no pagaba con la tarjeta "para no hacerse el chulo".

 
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