“¿Quién va ganando en esta lucha de gigantes?”

Baza

Nadie dijo que vivir en paz con uno mismo fuese sencillo. La vida no debe ser nada fácil cuando se convierte en una "lucha de gigantes", en un duelo salvaje de fragilidad en un mundo descomunal. Sin que ellos lo sepan, suena sin cesar en sus cabezas una canción de Antonio Vega y el aire se transforma en gas natural. Y es que hay ocasiones en las que la vida se convierte para algunas personas en una carrera de obstáculos que obliga a reconducirla una y otra vez. Se repite insistentemente la pesadilla de la que quieren salir huyendo, pero siempre hay una bestia detrás.

Planificar con ilusión su futuro y disfrutar del presente, como si todo fuese una novedad, es la obligación que se imponen diariamente María José y Pepe, una pareja que ha llegado recientemente a Baza para iniciar una nueva vida. Sin mirar atrás. Ya hace algo más de dos meses que ambos se instalaron en la ciudad bastetana, dejando atrás familia, amigos, experiencias y sufrimiento. También han dejado en este camino recuerdos, incluso con vacíos de memoria; intentos por superar sus adicciones al alcohol y a la cocaína, demostrando que nunca es tarde para saludar de nuevo a la vida con una fuerte convicción de renovación. Sin miedo.

Hay veces que los días pasan como un reto permanente de superación. El desafío a sí mismos se produce en los bordes de la supervivencia, como si de un ejercicio extenuante en ese límite de la propia existencia se tratase. Querer renacer, volver a andar libres y sin ataduras es ya un objetivo real. Alguna vez debe ser la definitiva.

Tras sentir el abismo a sus pies, en esa inmensidad en la que nadie escucha sus voces, la fragilidad se fortalece, ahora sí, para afrontar el futuro con optimismo y esperanza. A sus algo más de cincuenta años reconocen que sus vidas han sido especialmente complicadas, pero nadie dijo que tuviera que ser fácil. Ellos, mirándose a los ojos lo saben y así lo entienden cada día. Así, juntos, quieren superar sus problemas. Juntos y con la ayuda que les brinda la Asociación Ad-Hoc de Baza, en donde se encuentran acogidos como si de un hogar confortable, amigable y entrañable se tratara. Precisamente eso es Ad-Hoc, un espacio de terapia, de respeto, de compromiso y de superación. Es su nueva familia, nada más y nada menos que su nuevo hogar.

Seguros de sí mismos, Pepe y María José inician estos días en Baza una etapa y un ciclo vital muy diferente al que han estado sometidos hasta hace poco, antes de este proceso de recuperación. Evitando caer de nuevo en la espiral infernal de las drogas, despojándose de las capas abismales de las adicciones, teniendo clara la voluntad de sobreponerse a sus problemas, fijando un rumbo compartido hacia un horizonte limpio y justo para ellos, aprendiendo a vivir con ilusión y demostrando que la vida merece la pena, esta pareja entiende con firmeza que estos son los mejores deseos y obligaciones para su futuro.

Las nuevas oportunidades no llegan solas. Y María José y Pepe, precisamente, no están solos. Escuchándolos descubrimos por qué es importante su testimonio, su ejemplo de superación y sus consejos en esta dura experiencia. Así se enfrentan a la imparable "lucha de gigantes".