La conciliación, nuestro ADN

Bilbao

Nueve de cada diez hombres vascos destinan dos o más horas a las tareas domésticas, mientras que tres de cada diez mujeres emplean tres horas o más. Es una de las conclusiones de la encuesta del Instituto Vasco de Estadística que también recoge que el 18% de las mujeres ocupadas está muy insatisfecha con el trabajo que ofrece su cónyuge o pareja en la realización de tareas domésticas y, al revés, el 75% de los hombres está muy satisfecho con la participación de su pareja en esas tareas.

En A vivir que son dos días Euskadi, hemos analizado ejemplos de conciliación que se están aplicando en empresas vascas. Amaia Etxepeteleku, directora comercial y responsable de conciliación de la empresa donostiarra Mara Mara, ha explicado que comenzaron hace diez años. "El problema es que no teníamos un plan establecido", cuenta, aunque también sostiene que desde el principio tuvieron claro que esas medidas había que aplicarlas porque "nuestros trabajadores y nuestras trabajadoras, que concilian, tienen unas necesidades. Tenemos un gran compromiso en ese sentido". Son 13 mujeres y 7 hombres. Gracias a una estrategia basada en la comunicación interna, implantaron medidas como los horarios flexibles o el teletrabajo.

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También en la empresa I3S de Bilbao, de Ingeniería de Integración de Sistemas de Información, hace año y medio dieron un paso en materia de conciliación, aunque, tal y como ha explicado María José Villena, directora de Recursos Humanos, llevan "dos décadas facilitándolo a los empleados. Forma parte de nuestro ADN". Son 60 empleados y reconoce que las distintas medidas "han ido surgiendo de forma natural". Gracias al Programa Concilia Plus del Gobierno Vasco, han ido implantando el teletrabajo, los horarios flexibles o, incluso, un comedor para evitar las salidas o el gasto excesivo.

Cuatro de cada diez ocupados dicen que no tienen muchas dificultades en conseguir excedencias o reducciones de jornada. Un 67% no tiene problemas en caso de ausencias esporádicas y un 55% no encuentra dificultades a la hora de solicitar días sin empleo y sueldo. Un tercio de los trabajadores y trabajadoras no tiene fácil pedir excedencias o reducciones de jornadas.