‘Lo que pase en la verja es crucial’

Algeciras

Al igual que son sistemáticamente ignoradas las reiteradas peticiones de los máximos responsables de Gibraltar para que el Comité de los 24 de Naciones Unidas elimine al Peñón de la lista de territorios por descolonizar, los 27 miembros de la Unión Europea (excluido el Reino Unido) siguen manifestando cada vez que se reúnen en Consejo lo que establecieron al principio de las negociaciones sobre el Brexit: que España y Gran Bretaña deben acordar la forma en que el periodo transitorio y el definitivo de desconexión europea afecta a Gibraltar.

No es que se imponga un veto, es simplemente una posición negociadora de ventaja, sustentada en que ahora la posición española es la de socio y la de Londres la de alguien que rompe la baraja y se va. En realidad la posición de Gibraltar en este proceso negociador no es la mejor ni la deseada por su Gobierno, simplemente es un añadido que estorba más que ayuda en todo este embrollo y por eso su posición es débil.

Nada que ver con la de Irlanda e Irlanda del Norte, que para la UE sí es un asunto central, al igual que para Gran Bretaña. Allí se juegan ambos muchas más cosas que meras cuestiones comerciales y su alcance es global. Aquí abajo, sin embargo, lo que está en juego afecta –aunque no nos guste- a un número muy reducido de personas si lo comparamos con los 500 millones de habitantes del territorio comunitario.

Pero, aunque el peso específico de las 300.000 personas (sumando comarca y Peñón) sea reducido, no por ello debe dejarse de lado su futuro y sus vidas. Hace tiempo que creo que las cuestiones de Estado tienen que ver fundamentalmente con lo que afecta a la vida de los habitantes del mismo. Y, aunque seamos pocos, los habitantes de este rincón de la península merecemos que se tengan en cuenta nuestros derechos y nuestras necesidades. Y en un porcentaje relevante, nuestro futuro inmediato depende de cómo quede la situación en la verja.

Para Gibraltar es tan esencial, tal vital, tan de pura supervivencia, que lo repiten cada vez que tienen oportunidad. Eso mismo demuestra que la verja es, también, su principal debilidad. Y lo saben.

Para la comarca vecina, para nosotros, lo que pase en la verja resulta igualmente fundamental para esos miles de puestos de trabajo que dependen de un paso ágil y fluido y para las cientos de empresas de la zona que facturan dentro del Peñón por sus trabajos y servicios.

En definitiva: no nos va a quedar más remedio que hallar un punto de encuentro, algo en lo que estemos de acuerdo y nos convenga. El problema es que ese posible acuerdo no depende de quienes somos vecinos en este rincón del planeta, sino de estrategias ajenas a esta zona y a sus intereses.

Pese a todo, felices vacaciones.